El pulso entre letras y depósitos
La guerra del pasivo ensombrece la deuda pública
La rentabilidad inicial que ofrece la deuda pública española no puede calificarse de elevada: ni en términos absolutos ni relativos. En la última semana de marzo, el Tesoro adjudicó 1.400 millones de euros en letras a seis meses con un tipo marginal del 0,490% (tipo medio del 0,482%). Unos días antes, las letras a 12 meses se emitieron a un tipo marginal del 0,848%. En el medio plazo, la situación no es mucho más halagüeña. Los bonos con una duración de tres años emitidos este mes ofrecen un rendimiento del 2,007%, mientras que los adjudicados con un plazo de cinco años a principios de marzo generan una rentabilidad del 2,816%. Las últimas obligaciones a 10 años ofrecen un tipo de interés medio del 3,855%, mientras que las de 15 años llegan hasta el 4,258%.
Es posible comprar depósitos con un rédito a plazos cortos de hasta el 4%
Todos estos rendimientos son, además, relativamente bajos. Es posible encontrar depósitos tradicionales -sin ninguna vinculación con el devenir ni de la Bolsa- que, a plazos cortos, se sitúan entre el 3% y el 4%.
Openbank ofrece un 3% de interés nominal anual a quien incremente el saldo que tenía a finales de febrero y hasta un 4% a 12 mese si domicilia nómina, recibos... En Bancaja, el Depósito Flexible a seis meses llega a alcanzar, si se cumplen determinados requisitos, el 3,75%. Los nuevos clientes que lleven su dinero a Activo Bank pueden obtener hasta el 3,5% a tres meses. En Caja Canarias llegan a pagar hasta el 3,85% en los e-depósitos a 18 meses. Y la lista es aún más larga.
Y sin embargo, a favor de la deuda pública española juega su seguridad. Es cierto que en los últimos meses se ha puesto en entredicho esta última cualidad, pero la realidad es que, al menos por ahora, la situación ha mejorado. A principios del mes de febrero, el diferencial del bono español a 10 años con el bono alemán (considerado el más seguro) llegó a rozar el punto porcentual. En esta semana, esta prima de riesgo se ha situado en torno a los 0,72 puntos porcentuales; es decir, la rentabilidad que un bono español tiene que ofrecer, en el mercado secundario, a los inversores es casi tres cuartos de puntos superior a la de un activo público alemán.
El matiz adicional está en "el mercado secundario". Quien mantiene sus activos de deuda pública española en cartera durante toda su duración no incurre, en principio, en riesgo alguno ni se ve afectado por las variaciones de sus precios; quien juega con estos activos sí se arriesga. -
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