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Tribuna
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Hombres, SL

Yo echo de menos la época en que abría un suplemento literario y veía artículos de García sobre Fernández, de Gómez sobre Pérez, de Álvarez sobre Martínez, y así sucesivamente. Porque ahora lo que veo es que Pablo entrevista a Pedro, Antonio escribe sobre Juan, Jesús sobre Ramón, Rafael sobre Emilio... y sólo muy de vez en cuando aparece una María o Mercedes. La proporción de mujeres entre los colaboradores de cualquier suplemento o revista de literatura o pensamiento es mínima: 10% o 15%. Y lo mismo se aplica a los entrevistados y a los autores cuyos libros se reseñan: prácticamente todos son varones.

Ante semejante panorama, ¿qué podemos pensar? ¿Que no se entrevista a autoras ni se reseñan sus libros porque no las hay? Falso: escritoras hay muchas. ¿Que las mujeres no hacen crítica porque no han tenido la formación necesaria? Falso: el alumnado de Letras es mayoritariamente femenino. ¿Que es cuestión de tiempo? Falso: ya eran mayoría a principios de los setenta. ¿Que algunas autoras de las que se habla mucho son la avanzadilla de un movimiento imparable? Falso: pueden alcanzar el éxito comercial y los correspondientes premios, pero no lo más importante: el reconocimiento institucional, sinónimo de permanencia, de futuro. De todo lo que hoy se publica ¿qué es lo que leerán en el colegio nuestras nietas y nietos? Sin ninguna duda, lo que haya recibido el espaldarazo institucional. Y eso es lo que se sigue regateando a las mujeres. Ellas ocupan solamente 3 de los 43 puestos de la Real Academia; entre 34 galardonados con el Premio Cervantes sólo figuran dos (María Zambrano en 1988 y Dulce Loynaz en 1992), y el Nacional de Narrativa lo han obtenido también únicamente dos mujeres (Carmen Martín Gaite en 1978, Carme Riera en 1995). No lo tienen autoras de la talla de Rosa Montero, Soledad Puértolas, Esther Tusquets, Almudena Grandes, Belén Gopegui... El único sector del libro con mayoría femenina es el de los lectores/as, aunque no "inmensa", como a veces se dice, sino muy discreta, un 55%.

No sé qué es lo más grave: si el hecho de que las pocas literatas a las que se da cancha suelan ser las que corroboran los estereotipos sexistas (mujer = nota de color; mujer = niños y sexo; mujer = esposa o hija de). O la constatación de que en treinta años largos de democracia, hayamos avanzado tan poco: a veces da la impresión de que las mujeres a las que se admite aquí o allá no son el primer paso para abrir la puerta a otras, sino la coartada para cerrársela... Pero no: lo más grave, sin duda, es esa especie de hipnosis colectiva por la que nos creemos lo que nos dicen ("los libros son cosa de mujeres") en vez de lo que vemos con nuestros propios ojos. Esa ilusión óptica que hace que al hojear un suplemento literario veamos Fernández y García y no Pablo y Emilio, y no nos preguntemos dónde están Mercedes y María. -

Laura Freixas (Barcelona, 1958) es autora, entre otros libros, de la autobiografía Adolescencia en Barcelona hacia 1970 (Destino), el ensayo La novela femenil y sus lectrices (Universidad y Diputación de Córdoba) y la antología Cuentos de amigas (Anagrama). www.laurafreixas.com.

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