No me llames Phil, llámame Capitán 3D
Cuando uno piensa en 3D, piensa en James Cameron y Avatar. O en Jeffrey Katzenberg y su empeño en inyectar imágenes estereoscópicas a nuestros infantes. O incluso en Tinto Brass y sus intenciones de aplicar esta técnica al porno, provocando la coña de que los Imax sean salas Climax. Pero sólo hay alguien tan pirado por esta técnica como para cambiarse el nombre al de Capitán 3D y ese es Phil McNally. "En realidad el nombre es Capitán IIID porque en Gran Bretaña no te dejan escribir números como nombre", explica este técnico nacido en Irlanda del Norte hace 42 años.
Él iba para diseñador de muebles del Royal College of Arts londinense hasta que un amigo le enseñó imágenes estereoscópicas de la II Guerra Mundial. Lo dejó todo atrás para hacer carrera en animación, primero en ILM, luego en Disney, donde intentó convertir un macilento Chicken little en el nuevo mesías del 3D, y finalmente en DreamWorks, donde Katzenberg le fichó como supervisor de estereoscopía. Él es responsable de la profundidad de imagen de Cómo entrenar a tu dragón, la superproducción de 123 millones de dólares que ha sido número uno a su estreno en EE UU y España. Antes lo fue de Kung fu panda y Monstruos y alienígenas y acaba de rematar Shrek forever after, en el que (se supone) será el capítulo final del ogro verde.
Todo un fichaje este Capitán 3D, un friki de los que hace escuela. "Hemos pasado el punto de no retorno. Podrás hacer pelis 3D buenas o malas, igual que hay buenas novelas o programas de tele infectos, pero eso no quiere decir que esas formas de comunicación vayan a acabarse", argumenta quien también se apoda "el antivómitos"; de él depende que el 3D te maree o no. Entonces, al grano: ¿cuál es la mejor butaca para ver en 3D? "Irónicamente yo me paso el día viendo lo peor del 3D. Cuando está bien, no hay peligro en las primeras filas", evade. ¿Y cuál es la criptonita del Capitán 3D? Su esposa: "Es incapaz de ver 3D".
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