Robben emula a Zidane

Reservado en la ida y dosificado en la vuelta, Robben premió la tenacidad y la paciencia del Bayern, mucho más sólido que un Manchester gaseoso, evaporado al final de la primera parte: castigado por la presencia de un Rooney lesionado y por la inmadurez de Rafael, expulsado en el arranque de la segunda parte. Golpe durísimo para Ferguson, hundido en una semana, en su obsesión por alinear a Rooney y humillar a Berbatov, que sólo salió cuando estaba todo perdido.

Al contrario que el técnico escocés, Van Gaal sí sacó partido de sus estrellas. Intervino Ribéry cuando más se le necesitaba. Y no faltó un sonriente Robben, que firmó una volea sublime a la altura de la de Zidane en la novena Copa de Europa del Madrid. El Bayern se medirá al Lyon en semifinales.

El Manchester voló en la primera parte. Escarmentado por las dos últimas derrotas, Ferguson soltó anoche amarras y prescindió de Neville y Park. Los sustituyó por la alegría de Rafael y Valencia. Sin necesidad de la participación de Rooney, pues jugó claramente mermado, renqueante de un tobillo mal curado. Old Trafford se rió cuando la megafonía anunció la titularidad de Rooney, disfrutando de la mentirijilla de Ferguson, que anunció en la previa que estaba descartado. Tanta gracia no le hizo a Capello, temeroso de que el goleador arrastre las molestias hasta Suráfrica.

Rooney fue un espectador de lujo de los desbordes por las bandas de Valencia y de Nani, especialmente el primero, muy superior en cada carrera con Badstuber. Valencia amagó y amagó hasta que su centro fue un regalo cuyo lazo lo puso Nani con un remate de espuela. Más tarde Valencia le brindó un sombrero a Van Buyten antes de centrar al segundo palo: lo embocó Nani. Ante la impotencia del portero Butt, retratado en el primer gol de Gibson, un disparo desde fuera del área sin potencia ni colocación.

Ribéry y Robben fueron maniatados por Rafael y Evrà. Y ambos pagaron la timidez del joven Thomas Müller. Pero Olic, ese croata imprevisible, metió a su equipo en el partido. Derribó en una carga a Carrick y batió cruzado a Van der Sar. El Bayern acabó pletórico la primera parte. Y empezó la segunda de la misma manera, con la entrada amenazante de Gómez por el apagado Müller. Ribéry le sacó la segunda amarilla a Rafael. El Manchester se dispuso a defenderse con ocho jugadores y la única referencia atacante de Nani. Al Bayern no le faltó nunca la paciencia, masticando cada jugada a la espera de un agujero decisivo. Lo halló Robben en ese zurdazo celestial que eleva a Van Gaal y deja a Ferguson aprisionado por la lesión de Rooney.