"Estaba aburrido de ser un parado"

Casi 30 años después de estrenar el banquillo visitante con el Athletic en el partido que inauguró el Nuevo Estadio José Zorrilla, Javier Clemente se presentó ayer como nuevo entrenador del Valladolid para los ocho partidos que quedan de temporada y con un milagro por objetivo: rescatar al equipo de un descenso casi garantizado y enderezar un vestuario a siete puntos de la salvación. Al cese de Onésimo siguió una negociación urgente con algún técnico que quisiese hacerse cargo del muerto y no aspirase a quedarse en la próxima temporada. "Me llamaron a las doce de la noche de ayer [por el lunes]", aseguró Clemente, "pero yo habría esperado hasta las dos". "Lo que quiero es entrenar", añadía divertido; "estaba aburrido de ser un parado de los muchos que hay. Me gusta mi trabajo y cuando no trabajo estoy incómodo. Me han llamado amigos del presidente y gente de Valladolid y me han dicho: 'vente".

Clemente reconoció que apenas ha seguido al Valladolid: "He visto algunos partidos, pero esporádicamente y tengo impresiones de todo. El comentario que hice fue que eran mejores de medio campo para arriba, me llamaron la atención algunos jugadores de ataque, porque lo habitual es que los equipos como el Valladolid sean más duros en defensa". La clave para Clemente, al que 30 años de profesión no han modificado el discurso, es "currar, pero currar no solo es correr, también es sacrificio, amor propio, ambición...". "Hay que pensar que cada jornada termina la Liga, pero para pensar en la victoria hay que hacer las cosas con mucho sentido. Yo no soy un entrenador de tonterías. Para mí lo fundamental es el bloque", dijo.

Clemente sólo tiene contrato para lo que resta de campeonato, pero le han asegurado que continuará si consigue la permanencia. El técnico incluso admitió que no le importaría continuar de bajar a Segunda. "Ya fui a Murcia en una situación complicada. Me gusta entrenar, en Primera o Segunda o a críos, no me importa porque me encanta mi profesión. Estoy en una edad más cercana a entrenar a chavales, pero me quedan todavía tres o cuatro años", aseguró. El tercer entrenador del Valladolid, tras Mendilibar y Onésimo, en el curso pidió disculpas por comenzar a entrenar a puerta cerrada para ganar confianza con el grupo: "Digo unos tacos tremendos entrenando y hasta que me conozcan prefiero que nadie me vea chillarles".

Clemente, que hizo campeón de Liga al Athletic de Bilbao en 1983 y de Liga y Copa en 1984 y ha sido seleccionador de España y Serbia no se sentaba en un banquillo desde que fue despedido del Murcia en diciembre de 2008.

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