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Reportaje:

Medio siglo de paisajes andaluces

El pintor Evaristo Guerra recorre su trayectoria en una retrospectiva en Málaga

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Hacía casi 20 años que Evaristo Guerra (Vélez-Málaga, 1942) no exponía en Málaga. Y otros 15 años desde su última exposición, la antológica que le dedicó el Ayuntamiento de Madrid en el Centro Cultural de la Villa con motivo de sus cuatro décadas pincel en ristre. Y no es que Guerra haya tenido una pelea con sus musas -algo que prueba el gran collage Homenaje a la luz de Andalucía, donde aparecen las ocho provincias bajo la peculiar y colorista mirada del artista-, sino que en este tiempo se ha dejado la vista y, literalmente, un riñón en la que ha sido la mayor empresa de sus cinco décadas de carrera: la decoración interior de la Ermita de la Virgen de los Remedios de Vélez-Málaga, su pueblo.

El artista ha dedicado 12 años a pintar la ermita de Vélez-Málaga

Nueve meses de trabajo al año durante 12 años. Ésta es la parte de su vida que Guerra dedicó a decorar con paisajes y paisanos de la Axarquía los 1.150 metros cuadrados de la ermita veleña, 350 metros más de los que decoró Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. "Estuve desde el verano de 1995 a octubre de 2007. 12 años volcado en este trabajo, lo que no me dejó tiempo para exponer", explica Guerra. "Al final me costó el riñón izquierdo. Parece que me lo dejé en la ermita por no beber suficiente líquido", revela.

Ahora, tras recuperarse de sus problemas de salud, Guerra anda entusiasmado con la antológica que con motivo de sus 50 años de carrera le ha dedicado el Ayuntamiento de Málaga.

Más de un centenar de obras procedentes de colecciones particulares y de instituciones ayudan a recorrer su trayectoria en el Museo del Patrimonio Municipal hasta el próximo 25 de abril.

El recorrido, casi cronológico, parte de sus primeros "sueños como pintor" a comienzos de la década de los 60 hasta mediada la década de los 90, donde sus famosos y coloristas paisajes cobran especial relevancia. Etapa a la que Homenaje a la luz de Andalucía (1995) pone un final momentáneo.

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"Me ha llevado mucho tiempo recuperar algunos cuadros de colecciones privadas para esta exposición. He querido mostrar al Evaristo Guerra menos conocido, no al que es famoso por sus árboles y sus coloridos paisajes", explica el artista. "Se exhiben cuadros que hacía 40 años que no veía y con los que ahora me he reencontrado", añade el pintor, que espera en estos días la visita de la baronesa Thyssen. "Se ha interesado por Homenaje a la luz de Andalucía. No sé si para su museo de Málaga", revela. Entre estas primeras obras, algunas de corte impresionista y con abundancia de retratos, destaca su primera incursión en la pintura. Se trata de un cuadro inacabado que Guerra pintó a los 12 años, cuando recorrió a la aventura la media decena de kilómetros que separaban Vélez-Málaga del pueblo vecino de Benamocarra en bicicleta y pertrechado con sus primeras pinturas.

"Visita a Benamocarra es un cuadro muy importante para mi. Era mi primera incursión en el óleo. No lo terminé y se lo dejé a una señora del pueblo para que lo guardase. Le dije que iría a por él al día siguiente... Pasaron 22 años hasta que volví a por él. Y allí seguía, colgado de la alcayata donde lo dejé en su casa", relata con cierta nostalgia Guerra.

Evaristo Guerra posa ante uno de sus lienzos que se exhiben en el museo del Patrimonio Municipal de Málaga.
Evaristo Guerra posa ante uno de sus lienzos que se exhiben en el museo del Patrimonio Municipal de Málaga.JULIÁN ROJAS

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