La volatilidad sube con fuerza

La Bolsa española ha cerrado esta semana con una subida del 0,73% en su índice Ibex 35, prácticamente lo mismo que perdió en la anterior, lo que da una sensación de tranquilidad que está muy lejos de la realidad.

Los constantes desacuerdos de los políticos europeos sobre las posibles ayudas a Grecia han zarandeado a los mercados con fuerza, hasta el punto de que el Ibex 35 suma dos descensos del 1,17% y 1,18%, una subida del 1,24% y otra del 2,07%, todas ellas alternas, lo que ha aportado abundantes dosis de volatilidad y de nerviosismo que no han hecho más que complicar la situación.

El Ibex 35 termina esta semana en 11.071,10 puntos, con un mínimo intradía en 10.694,20 puntos y un máximo en 11.124,00, niveles ambos que sirven para ampliar el margen de maniobra del mercado dentro del movimiento lateral que se viene dibujando desde hace ya varias semanas.

Ese movimiento lateral encaja casi a la perfección con el que desarrolla la economía de Estados Unidos, hasta hora el principal referente para los analistas, y abre un amplio margen de maniobra para evaluar la situación particular de cada empresa. En este sentido, cobran una importancia crucial los anuncios sobre estimación de beneficios, inversiones y recorte o mantenimiento de dividendos, asunto este último que preocupa más a los inversores.

La economía de Estados Unidos aportó un nuevo dato para aumentar la preocupación en los mercados al revisarse a la baja el PIB del último trimestre de 2009. Las tres décimas en que se ha rebajado el PIB, hasta el 5,6%, se deben a la debilidad del consumo, lo que sitúa a aquella economía dentro de un círculo vicioso, pues sin consumo no mejora la actividad y no se crea empleo.

Con todo, el índice Dow Jones de valores industriales conseguía esta semana nuevos máximos anuales por encima de los 10.950 puntos, tras aprobarse la reforma sanitaria.

El buen momento del mercado de valores estadounidense puede aportar algo de estabilidad a las plazas europeas, aunque los inversores van a esperar a tomar decisiones al menos una semana más, debido a las vacaciones. De hecho, la actividad en la Bolsa española ha bajado a mínimos en los últimos días, en parte por el fuerte incremento de la volatilidad, pero también por la ausencia de una dirección concreta y la proximidad de las vacaciones. En la última sesión de esta semana se negociaron en el Mercado Continuo 2.475,78 millones de euros, pero en el "mercado abierto", que es en el que se marcan las cotizaciones, el negocio cayó hasta los 1.701,36 millones de euros, una de las cifras más bajas de este año.

El ambiente para los próximos días parece calmado, aunque la experiencia de esta semana obligará a todos a seguir de cerca las evoluciones de la inversión a corto plazo. -