Louzán evita concretar nada sobre la red de depuradoras
El presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, eludió en el pleno de ayer concretar el número de depuradoras instaladas con cargo a los programas europeos Deputrans y Redesanea y, en el fárrago de su respuesta, relacionó la tramitación de ambos proyectos con la construcción de una carretera en Salvaterra de Miño por cuya certificación en falso están imputados ante el Tribunal Superior de Galicia Agustín Hernández, actual conselleiro de Medio Ambiente y a la sazón director de Infraestructuras en la Diputación, y el ingeniero Baltasar Pujales.
La financiación europea de la variante de Lira, en Salvaterra, fue de unos 200.000 euros. La de las depuradoras compactas y transportables, de unos cinco millones, el grueso de los cuales se destinó al proyecto Deputrans 2004-05, dirigido inicialmente a instalar 35 depuradoras en municipios que vierten a la cuenca del Miño. La empresa adjudicataria, Soluciones Medioambientales y Aguas (SMA) en el concurso convocado ad hoc regaló una como mejora. La Diputación amplió después el territorio de implantación, por la imposibilidad de conectarlas en el Miño, a los municipios de Barro, Cambados, Meaño y Silleda. En Cambados se colocó una. A Barro se le asignaron dos: en Portela ha sido instalada hace escasas semanas una que aún tiene las manivelas con envoltorios de fábrica; la otra, en Perdecanei, está funcionando, pero es un modelo valorado en unos 60.000 euros menos que el consignado en el programa.
Trasiego
En Meaño y Silleda no consta ninguna. Las hay, en cambio, en Ribadumia -patria chica de Louzán-, en Bueu-Ons, en Vila de Cruces y en Meis. Las dos primeras fueron públicamente asignadas al programa Deputráns, aun estando fuera del tiesto autorizado. Por exclusión, sólo las instaladas en Vila de Cruces y Meis podrían corresponder a RedeSanea, que financió tres plantas para las cuencas del Umia y Lérez. En Meis hay 11, según su alcalde, José Luis Pérez, que atribuye tres a los fondos europeos. De todas ellas, sólo funciona una.
Louzán declaró en enero que la ejecución de Deputrans y RedeSanea había permitido instalar 37 depuradoras, luego faltan dos. Ayer atribuyó a la demora de los permisos de la Confederación Hidrográfica del Miño, como en Salvaterra, el trasiego de las depuradoras por la provincia.
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