Dos visiones de los celos a través de 'La vida breve' y 'Cavalleria rusticana'

La vida breve de Manuel de Falla, refleja la profundidad del alma de una mujer atormentada por los celos, el desamor y las diferencias sociales. Pero tras un ser destrozado por un hombre, la venganza femenina se consuma en Cavalleria rusticana, de Pietro Mascagni. Son dos obras operísticas muy diferentes en su estilo, pero con un mismo tema en común: los celos. "Un problema muy antiguo en la historia de la humanidad", según la apreciación del director musical del Palau de les Arts, Lorin Maazel, que anoche estrenó esta obra de Falla, en la versión y puesta en escena del director Giancarlo del Monaco.

Para Maazel, Del Monaco "ha sido capaz de llegar al corazón de la obra con una puesta en escena eficaz", en la que retrata la locura a la que llega Salud, la protagonista gitana de La vida breve, en "una atmósfera en la que no se sabe si lo que está pasando es la realidad, o es una visión enfermiza de la propia protagonista".

Del Monaco ha prescindido de referencias geográficas, como el Albaicín granadino, y de elementos folclóricos para resaltar, en esta singular puesta en escena, "la profundidad del alma de una mujer, a través de una escenografía abstracta", en la que el rojo de la pasión y la sangre y el negro, de la fatalidad, cobran gran importancia.

El director de escena -que considera que "el libretista Fernández Shaw aconsejó mal a Falla al final de la ópera al quitarle fuerza dramática"-, insiste en que no ha "desespañolizado" la obra. Al contrario, Del Monaco se defiende: "No he tocado una palabra de la ópera. Sólo he interpretado el alma de la obra: oscura, profunda y caótica". Para el tenor Jorge de León, que encarna a infiel Paco en La vida breve y a Turiddu en Cavalleria rusticana, actuar bajo la batuta de Maazel y la dirección de Del Monaco "es un sueño, porque da energía y experiencia" a cualquier cantante.