Querido viejo teatro
El Falla celebra su centenario abriendo al público sus lugares más recónditos
El Teatro Falla se ha hecho viejo. Y como veterano que es, le gusta presumir de las batallitas vividas, de las estrellas que ha conocido, de las emociones que han explotado en su interior. Nostalgia del que cumple 100 años. Una exposición permite recorrer las partes más desconocidas de este edificio por el que han pasado grandes artistas. Carteles antiguos y una proyección audiovisual que descubren la grandeza de un teatro que es símbolo de la ciudad y sus tradiciones.
Fue en 1910 cuando el actual Teatro Falla, aunque entonces se llamaba sólo Gran Teatro, escuchó su primera obra, una pieza del maestro Barbieri, una sinfonía de uno de los compositores más populares del momento. Aquel nuevo escenario era un auténtico fénix cultural, que resurgía de las cenizas en las que había quedado convertido el teatro de la plaza Alfonso XII tras un devastador incendio, como recuerda el historiador Vicente Mira Gutiérrez. La decoración del techo, que todavía permanece, fue encargada al pintor gaditano Felipe Abarzuza, quien diseñó una alegoría del Olimpo. Cádiz recuperó así su gran escenario que dos años más tarde serviría de sede para festejar el primer centenario de la Constitución de 1812. La historia de la ciudad no se ha separado desde entonces de la del teatro.
Margarita Xirgu, Carmencita Pérez y la Argentinita pisaron su escenario
El Falla puede presumir de estrellas. Los grandes mitos de la escena como Margarita Xirgu, Carmencita Pérez, la Argentinita o la compañía de María Guerrero pusieron en escena sus textos de Benavente, Álvarez Quintero o Muñoz Seca. Andrés Segovia, Estrellita Castro o la Niña de los Peines también figuraron en esos primeros carteles. Los grandes de la copla: Caracol, Lola Flores, Juanito Valderrama, Concha Piquer o Rafael Farina pasearon también su arte por el Falla. Y los grandes actores como Amparo Rivelles, María Asquerino, o Adolfo Marsillach interpretaron textos de renombre. Las orquestas más prestigiosas del mundo pusieron banda sonora al coliseo gaditano, cuya fachada rosada, hizo que se le conociera popularmente como "la casa de los ladrillos coloraos".
El Falla celebró la llegada de la democracia con Jarcha o Lluis Llach y ha sido símbolo de la fiesta gaditana por excelencia al acoger el concurso oficial de agrupaciones del carnaval. En 1984, con evidentes síntomas de vejez, fue sometido a una profunda reforma que duró seis años. Desde entonces se mantiene con fuerza como referente cultural y festero. Por eso para artistas de Cádiz como David Palomar actuar en sus tablas permanece en la colección de sus mejores momentos.
El centenario se está festejando con una exposición a la que se puede acudir previa cita en visitas guiadas. La muestra se reparte por todo el teatro: la azotea, el patio de butacas, las bambalinas... aunque evita el privilegio de subirse a las tablas.
También se exhibe la cartelería antigua y una película que narra la vibrante historia del teatro y de su público, desde el que aplaudió la sinfonía de Barbieri hasta el que rió desde el gallinero con las chirigotas y cuartetos del último carnaval, allí junto al Olimpo pintado por Abarzuza.
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