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Africanos y suramericanos populares

Los militantes en Calp y Xàbia han aumentado en los últimos meses

En la Marina Alta, las agrupaciones del PP donde se dirimen duras batallas internas de cara a las inminentes asambleas locales han experimentado un notable incremento en la afiliación. Sobre todo en Calp y Xàbia, donde el esquema del conflicto es el mismo: un candidato que fue alcalde y lleva años controlando el partido y otro que aspira a la renovación. En el primero de esos municipios, la batalla la dirimen el ex alcalde Javier Morató, presidente durante casi dos décadas y apoyado por los ripollistas, y el diputado autonómico César Sánchez, quien aspira a renovar un partido hostigado por los escándalos judiciales del viejo aparato. El pulso de cara a la próxima asamblea se mide por el incremento de afiliados. En un año han pasado de 500 afiliados a 1.700. Eso sí, ninguno paga: En Calp los afiliados jamás han tenido que hacer frente a la derrama de cuotas.

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El pulso de Camps y Ripoll dispara el número de afiliados en Alicante

Por obtener nuevos apoyos se han producido casos inauditos: el pasado verano, los campistas acusaron al sector de Morató de haber enrolado a afiliados senegaleses y garantizarse su voto a cambio de permitirles ejercer la venta ambulante con productos ilegales por las calles de Calp, en una maniobra que habría orquestado el actual concejal de Comercio y diputado provincial Juan Roselló, aliado histórico de Morató. Por el momento, la dirección provincial de Alicante no ha enviado las nuevas listas de afiliación a Madrid. Roselló, por su parte, negó esta operación y contraatacó asegurando que los campistas ficharon suramericanos.

En la localidad de Xàbia, durante los últimos meses el PP ha aumentado en 400 el número de afiliados de la mano de los dos candidatos que aspiran a dominar la próxima asamblea: el actual presidente, el ex alcalde Juan Moragues, eterno líder del partido, y el candidato de los ripollistas Juan Crisóstomo, quien aquí abandera la renovación. No obstante, este aluvión de altas en el partido en Xàbia, impulsadas por los dos candidatos a partes más o menos iguales, tampoco se ha correspondido con un aumento de los ingresos por las cuotas, que prácticamente no se pagan toda vez que la actual ejecutiva no ejerce ningún control al respecto.

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