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Lo extraño, a estas alturas, es que todavía en el PP andaluz estén empeñados, una vez más, en centrar el partido con la incorporación de nuevos personajes. Fichajes que se anuncian por todo lo alto y que han de contribuir a darle un nuevo giro en esa parece que eterna fase en la que están metidos de alejamiento total de los sectores ligados a la derecha más reaccionaria. Y si se consigue, además, un tinte andalucista, mejor. Ésta sí que ha sido, siempre, una de sus principales obsesiones. Sólo basta consultar las distintas ponencias políticas que se han abordado en los anteriores congresos del PP andaluz para llegar a la conclusión de que se ha tratado de una aspiración prioritaria aunque otra cosa es considerar que hayan conseguido ese objetivo.

De momento, lo que tenemos por delante es la captación de determinados personajes que, a tenor de experiencias anteriores, acaban engullidos en la maquinaria pepera, perdiendo, al final, cualquier protagonismo y desconociéndose resultados evidentes de la aportación que pudieran hacer desde ese andalucismo que dicen todavía representar al proyecto político de Javier Arenas. Es, en todo caso, un episodio ya conocido en el que se hacen grandes declaraciones a favor de los independientes que, luego, en el fragor de la confección de listas electorales, quedan relegados a un discreto segundo plano aunque ahora la situación puede ser distinta con los comicios municipales.

Pero, por muchos nombres propios que se pongan en circulación, nada como los que surgirán a raíz de la crisis de gobierno que, se supone, acometerá, esta semana, Griñán. Superado con nota el trance del congreso extraordinario, con algún que otro herido por ahí en las esquinas, tramando venganzas y encerrándose en su terruño a la espera de mejores tiempos, el presidente se apresta a cumplir otros de sus objetivos: rodearse de un nuevo equipo de gobierno, más reducido, con un mayor perfil político y capaz de poner en marcha ese principio que ha de guiar los pasos de esta nueva etapa como es la economía de la igualdad, noble concepto que requiere, cuanto antes, una detallada concreción y, por supuesto, su desarrollo y aplicación. Queda por ver con qué criterios confecciona su nuevo Ejecutivo, si persistirá o no en el empleo, por ejemplo, del factor territorial que tanto ha predominado en tiempos de Chaves, maestro en su uso a favor, siempre, de preservar un equilibrio que le resultó muy útil para mantener la paz interna en el partido. Deberán estar los mejores aunque, tampoco, cabe descartar que en algunos movimientos, Griñán lance implícitamente, determinado mensaje a aquel que se cree dueño, aún, de importantes resortes que ya no están en sus manos.