Un alud mata a un montañero y hiere a otros dos cerca de Candanchú

Un montañero madrileño de 37 años murió ayer al quedar sepultado por un alud en la zona de Rioseta, a unos cuatro kilómetros de la estación de esquí de Candanchú (Huesca). La víctima iba acompañada por otras dos personas, un hombre y una mujer, que resultaron heridos de distinta gravedad.

Los tres montañeros fueron sorprendidos por una avalancha de nieve mientras escalaban el Pico del Águila. El mismo alud también sobrecogió a otro grupo de cuatro personas que realizaban esquí de fondo. Sin embargo, no quedaron atrapados y lograron salir ilesos por sus propios medios, según informaron fuentes de la Guardia Civil de Huesca.

El suceso se produjo poco después del mediodía en un área de montaña fuera de pistas, próxima a una instalación militar en el pirineo oscense. Fue el montañero herido quien avisó al 112 para pedir ayuda, ya que sus dos compañeros se encontraban ya semisepultados por la nieve. Al recibir el aviso, se desplazaron al lugar miembros del Grupo de rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil (GREIM) de Jaca y Panticosa, la unidad helitransportada UHEL-41 y perros rastreadores, además de personal del centro invernal de Candanchú.

Siete muertos en 2010

A pesar de la rapidez de intervención, los miembros del grupo de rescate no pudieron hacer nada por salvar la vida del montañero, cuyo cadáver fue trasladado al tanatorio de Jaca, donde se realizará la autopsia.

El otro montañero herido, que fue trasladado al Hospital San Jorge de Huesca con rotura de fémur, responde a las iniciales J. B. S, tiene 47 años y es natural de Castellón. Por su parte, la mujer, M. P. G. R., vecina de Madrid y de 33 años, fue trasladada al Hospital Miguel Servet de Zaragoza con principio de hipotermia y heridas en la clavícula y en las costillas.

La lluvia y el aumento de temperaturas registrado en los últimos días parecen ser las causas que provocaron el alud.

El montañero fallecido ayer es el séptimo que pierde la vida en lo que va de año como consecuencia de una avalancha de nieve. Durante los primeros meses de 2010, se ha registrado un gran número de aludes debido a la frecuencia e intensidad de las nevadas, que han causado numerosos incidentes.