La juez aleja a Sanz de las periodistas que le denunciaron

Vicente Sanz, ex director general de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV), no podrá acercarse a menos de 300 metros de cualquiera de las tres periodistas de Canal 9 que le han denunciado por acoso sexual. Así lo decidió ayer la titular del Juzgado de Instrucción número uno de Paterna. En su auto, la magistrada recoge: "En el caso objeto de las presentes actuaciones penales, resulta indiciariamente acreditado que las tres empleadas de RTVV, durante diferentes periodos comprendidos entre 2007 y febrero de 2010, recibieron continuas llamadas y mensajes de Vicente Sanz en que, alardeando del poder que él tenía en Radiotelevisión Valenciana y de las dificultades laborales en que podría poner a las perjudicadas y sus familias, las instó a enviarle fotos de sus partes íntimas y de su ropa interior, las obligó a subir en reiteradas ocasiones a su despacho y les hizo practicar en él actos de naturaleza sexual diversa, siempre bajo dicha amenaza de ejercer el poder que ostentaba en su contra". La juez añade: "La protección policial se iniciará desde el día de hoy [en referencia a ayer]".

"Resulta acreditado que les hizo practicar actos de naturaleza sexual"

"Menos mal que conservo las bragas que se le olvidaron a una de ellas"

La decisión de la juez contó con una oposición: la de Francisco Puchol, letrado de Vicente Sanz. Sin embargo, cuando el abogado abandonó la sede judicial, tras las más de tres horas de declaración de su cliente, se refirió a la medida cautelar de alejamiento como "normal".

Vicente Sanz llegó ayer al juzgado de Paterna a las 9.05. Le acompañaban su mujer, la diputada autonómica del PP Esther Franco y su abogado. Cabizbajo y con paso ligero entró en la sede judicial. Salió a las 12.55.

Durante ese tiempo, fue respondiendo a las preguntas de las partes y de la juez, quien repasó las declaraciones de las tres víctimas, efectuadas el día anterior, prácticamente línea por línea. Sanz, ex secretario general desde el pasado 23 de febrero (de forma "temporal" por decisión del director general de RTVV, José López Jaraba) repitió en varias ocasiones que todo le parecía "el guión de una película". En esencia, para Sanz el relato de las denunciantes es mentira. De hecho, al abandonar el juzgado, dijo tener "la conciencia tranquila".

Sanz dio ayer detalles de la relación que asegura haber tenido con las denunciantes. En su testimonio afirmó que sí les pidió que le enviaran fotos íntimas.

3Vicente Sanz reconoció ayer haber tenido relaciones sexuales consentidas con dos de las tres periodistas que le han denunciado. Ofreció respuestas a cada versión de lo ocurrido que las tres víctimas dieron el día anterior. Se definió como "una persona normal, que lleva 15 años trabajando en Canal 9", que no le gusta "la ostentación" y destacó que es "el único directivo que ha permanecido tanto tiempo". No le gusta, aseguró, "hacer ostentación de poder". El ex director general de RTVV admitió que se reunía muy frecuentemente fuera del despacho con las denunciantes, pese a que no era lo habitual. Y trató de dar explicaciones.

De la tercera víctima, con la que dijo no tener relación especial alguna, Sanz admitió haber recibido fotos íntimas. Pero señaló que fue ella quien insistió, por su obsesión en salir en pantalla. Aseguró que fue ella la que le mandó mensajes (con un salto de cama transparente) y que "después de la primera ocasión, sí le pidió que le enviara fotos". Vincula sus conversaciones con ella a que la periodista, con ansiedad, dijo, le hacía partícipe de los obstáculos que encontraba en su progresión profesional. Y negó haberle dicho que "tenía mucho poder". En su testimonio reconoció que "la relación con ella no era la relación habitual que tenía con otras trabajadoras". ¿Le envió mensajes de contenido erótico o sexual? Sanz contestó: "Puede ser".

Su relación con las otras dos denunciantes, a las que ellas dijeron que él se refería como "ramitas", de las que era "el tronco", la explicó de otro modo. Era consentida. Sí, cerraba el pestillo del despacho. Porque eran reuniones a tres: él y ellas dos. Todo empezó, relató, después de haberse ido varias veces a comer y haber constituido la "olivereta" (un modo íntimo de referirse entre ellos). Desde ese momento, los encuentros son a tres, "donde se hacen guiones a instancias de ellas". Esos guiones, relató, eran tipo Instinto Básico, aseguró. O fábulas en las que él era policía y las detenía. O ellas estaban en un examen y él era profesor. Todo, para preparar juegos eróticos. Según dijo, hubo felaciones "consentidas" en su despacho. Y agregó: "La gente que había fuera puede garantizar que ellas iban y salían contentas". Afirmó que nunca le rechazaron y que sí conserva unas bragas, desde 2008, de una de las denunciantes. ¿Por qué? Porque a ella, afirmó, se le olvidaron. Y añadió: "Menos mal que las conservo".

Sanz dijo de esas dos víctimas que la relación fue consentida, que partió de ellas, y que "han salido muy beneficiadas". Según él, le han "destruido toda su situación actual". Él, que reiteró no haber amenazado nunca, reconoció un mensaje que le fue exhibido en el que hablaba con una de ellas sobre la otra así: "El tema de ramita me empieza a cansar. Le doy normas de comportamiento y se las pasa por el forro. Ya se equivocó una vez y me parece que se equivoca otra. Cuando su familia se recupere, le daré puerta".