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Reportaje:

Deuda y energía cambian a Ence

Tras el fiasco de Uruguay, amplía capital y va a producir electricidad con biomasa

Ence acaba de poner en marcha una ampliación de capital por 130 millones y de dar a conocer un nuevo plan estratégico hasta 2015. La ampliación, que está destinada en su mayoría (80% de los fondos que se capten) a reducir su elevada deuda y en menor proporción a financiar proyectos de energías limpias, abre una nueva etapa en el grupo papelero.

Etapa que no pone fin a un particular cuento de la lechera, aunque lo vivido por Ence recuerde a la fábula de Esopo y a Samaniego. La compañía se ha visto obligada a renunciar, por culpa de la crisis económica y financiera mundial, a un ambicioso desembarco industrial en Uruguay que iba a doblar su producción en cinco años y a convertirla en una de las mayores empresas globales de su sector en el mundo, y a replegarse hacia posiciones más defensivas y domésticas. En octubre puso punto final a tres años de onerosos sueños de grandeza, con la venta con importantes minusvalías de sus activos uruguayos a Stora Enso Oyj y Celulosa Arauco y Constitución por 229,36 millones de euros en efectivo; pero ha seguido agobiada por las deudas y por la necesidad de reajustar cuanto antes su tamaño, actividades y estrategia a un tiempo de vacas flacas.

De los 130 millones de la ampliación, 100 van a ir a cancelar deuda a corto plazo
La papelera invertirá hasta 2015 entre 375 y 525 millones en generación eléctrica

El grupo que preside Juan Luis Arregui, aunque ha visto una tenue mejora en sus negocios en los últimos meses, cerró 2009 con una pérdida neta de 154,6 millones de euros, frente a un beneficio de 4,7 millones el ejercicio anterior, debido en parte, según ha explicado la compañía, a la contabilización de una pérdida neta de impuestos por valor de 77 millones de euros por el deterioro de valor estimado de los activos objeto de venta de Uruguay.

De ahí la conveniencia de ampliar capital y renovar la estrategia. Los gestores de Ence se proponen destinar 100 millones de los 130 de la ampliación a cancelar la deuda a corto plazo de la empresa, que al cierre del año pasado y en cifras netas era de 194,3 millones de euros, según se desprende del folleto registrado en la CNMV. De esta forma persiguen reducir la deuda financiera a largo plazo al entorno de los 250 millones de euros desde los 350,8 millones de 2009, si bien en 2010 aún superaría ligeramente los 300 millones. "Una estructura financiera en la que Ence se va a encontrar protegida ante mercados bajistas (deuda neta sobre resultado operativo bruto normalizado de 2,5 a 3,0 veces)", señala el consejero delegado de Ence, Antonio Palacio, y que va a permitir a la empresa ser más competitiva y ganar flexibilidad para abordar con comodidad y solvencia proyectos industriales que asienten el crecimiento futuro con recursos generados en su mayoría por el propio grupo.

La ampliación de capital, que estos días se está dando a conocer a inversores y mercados internacionales, se va a articular a través de una emisión de 83,1 millones de acciones (10 nuevas por cada 21 antiguas) con un valor de 0,90 euros por título y una prima de emisión de 55,2 millones de euros. De este modo, el precio de emisión final será de 1,56 euros por acción, y la cuantía de la operación alcanzará los citados 130 millones. Sus accionistas principales se han comprometido a acudir a la operación, para lo que suscribirán en torno al 50,88% de las nuevas acciones. Estos socios son Retos Operativos XXI (Juan Luis Arregui), Alcor Holding e Invermelin (Alberto Alcocer y Alberto Cortina), Atalaya Inversiones, Norteña Patrimonial (Cajastur) y Cantábrica de Inversiones. El grupo papelero y energético ha confirmado que BBVA, Santander y Caja Madrid asegurarán el resto de los nuevos títulos emitidos.

Capitalización y establecimiento de las bases necesarias, explican en Ence, para la transformación de la propuesta de valor de la empresa: disciplina financiera para la extracción de valor derivado de la actual fortaleza en el mercado de la pasta de papel y el potencial de crecimiento en biomasa.

Ence, primer productor europeo y cuarto mundial de pasta a partir de fibra de eucalipto, se va a ver favorecida, según sus gestores, por el inicio de la recuperación económica en varias regiones del mundo, por la reducción de la capacidad productiva mundial de pasta en los últimos años -cierre de plantas y abandono de proyectos por la crisis- y por unos niveles bajos de inventarios debido al ajuste de la oferta a la reestructuración del sector.

Las perspectivas también son favorables en función de los precios de la pasta para el periodo 2010-2013, agregan en Ence, y resaltan además la baja dependencia del grupo del PIB español. El grueso de sus ventas se realiza fuera de España, el 74% en Europa y un 6% en países mediterráneos no europeos. El hecho de que el 100% de su producción se haga en España y sus planes de eficiencia y ahorro explican que los costes de producción de pasta de Ence se hayan reducido en casi 120 euros por tonelada en 2009 y que se encuentren hoy entre los más competitivos.

La gran apuesta del nuevo plan estratégico es, empero, la biomasa. "Una oportunidad atractiva de negocio regulado con alta visibilidad", dicen en Ence, para un gestor forestal. De ahí que el 20% de los fondos de la ampliación vaya a ir a financiar el 17% de la inversión de una central de biomasa de 50 megavatios (MW) en Huelva, un proyecto que requiere 120 millones de inversión.

En la presentación de estos planes en Bolsa, Ence ha hecho hincapié en dos temas: fortalecimiento del balance y biomasa como base del crecimiento futuro. El objetivo, según sus gestores, es equilibrar los resultados entre energía y celulosa. El grupo va a invertir hasta 2015 entre 375 y 525 millones en proyectos de generación eléctrica por biomasa, que van a suponer la puesta en marcha de entre 150 y 210 megavatios adicionales a los 230 con los que cuenta hoy. La producción de estos megavatios se va a hacer a partir de residuos forestales y cultivos energéticos procedentes de viveros promovidos por la propia Ence.

La inversión por megavatio generado está prevista en 2,5 millones, de los que entre el 20% y 30% se financiará con fondos propios en función de las condiciones de financiación para cada proyecto.

Los planes de la papelera han comenzado a ser evaluados por los analistas. Así, expertos de Grupo Banco Sabadell, aunque aconsejan comprar Ence, han revisado un 7% a la baja su precio objetivo de la acción posampliación de capital, a 3,59 euros. "La clave de la rebaja se basa en un coste de inversión por megavatio de biomasa" previsto por Ence que es "superior" a su "estimación (2,75 millones frente a 2,3 millones)".

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