Amplio movimiento lateral

El mercado de valores español ha entrado de lleno en lo que los analistas llaman "movimiento lateral", una situación en la que los precios apenas oscilan y, por tanto, no se crea una tendencia definida.

El Ibex 35 termina esta semana con un avance del 0,52% y en 11.077,00 puntos, con un comportamiento casi plano que ilustra a la perfección las bondades del movimiento lateral. Los valores medianos del mercado cedieron el 1,07% y los pequeños el 0,37%.

Para los analistas, este movimiento lateral es consecuencia de la ausencia de reacciones en la economía real, también inmersa, al parecer, en un movimiento similar al de los mercados de valores. Algunos indicadores económicos, como la producción industrial de enero en la eurozona, parecen apuntar a un discreto repunte de la actividad pero, en términos generales, todo indica que habrá que esperar algún tiempo antes de tener datos concretos en los que apoyar cualquier decisión al respecto.

Otra de las causas de la horizontalidad del comportamiento del mercado de valores está en la conclusión de la temporada de resultados empresariales, en la que apenas se han producido sorpresas y que, por tanto, no ha provocado ajustes en las carteras de valores.

La cuestión de la solvencia de algunos países de la eurozona parece agua pasada, aunque cada día se produce algún enfrentamiento por el asunto de las ayudas a Grecia.

Así las cosas, los inversores han decidido mantener su dinero y sus carteras en letargo y sólo la inversión a corto plazo parece moverse algo en medio de la inactividad general. La contratación en el Mercado Continuo ha caído en esta semana hasta niveles mínimos, destacando la sesión del pasado viernes en la que se negociaron 1.853,89 millones de euros. Al problema de la escasez de negocio hay que añadirle el de la concentración, pues prácticamente dos tercios del total contratado cada día en el "mercado abierto" se logran con títulos de las cinco principales sociedades del mercado.

La semana no ha sido muy activa tampoco en cuánto a los indicadores económicos, aunque han destacado los datos de ventas en Estados Unidos, con discretos avances tanto en el comercio mayorista como en el minorista, y un importante ajuste en los inventarios. Tanta escasez de datos hizo que la subida del 2,7% en el IPC de China en el mes de febrero fuera considerado en algunos momentos como una amenaza para la difícil estabilidad de los mercados y las economías. Pensaban algunos analistas que China podría decidir un endurecimiento de su política monetaria para evitar caer en desajustes como los sufridos por Occidente.

El movimiento lateral está, pues, suficientemente justificado, aunque a los inversores aún les queda definir sus límites superior e inferior para evaluar las posibilidades a corto plazo.