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Columna
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Circunstancias

Ante esta mayúscula crisis de credibilidad democrática (una de las más graves, de entre las muchas que últimamente han sacudido a las instituciones valencianas) el vice Rambla amanecía orteguiano: "Una cosa es la libertad de expresión y otra las circunstancias". Ea, que la gramática (parda) del poder indica que la censura puede ser de modo, de tiempo, de lugar... El autoritarismo, de cantidad, de compañía, de materia, de instrumento... La apropiación patrimonial, de finalidad, de causa, de pertenencia... Según y cómo, oséase. Circunstancias excepcionales, eximentes o atenuantes. El perspectivismo elevado a esperpento. Un intento de legitimación de las subjetivas percepciones o ideaciones de cuatro tarugos con cargo. Las realidades circunstanciales, históricas y espirituales de estos caciquillos que lo mismo descuelgan fotos que sancionan a un profesor crítico que prohíben un ninot que eliminan noticias y personas en sus medios que niegan el pan y la sal a quien se resista a unirse a los trompeteros adiestrados para entonar, al unísono, triunfantes melodías.

Así que una cosa es la muestra de la Unió de Periodistes y otra las circunstancias y los circunstanciales. Siempre me gustó estudiar ese tipo de complementos. Afición extraña pero premonitoria de futuros afanes profesionales con los que tratamos de responder a unas cuantas preguntas clave: cómo, cuándo, dónde, cuánto, con quién, de qué, con qué, para qué, por qué, de quién... Como se ve, algunas más que las cinco de las que tanto presume el periodismo norteamericano.

Seguro que conocen ustedes los hechos que nos han agitado durante toda la semana desde que un caciquillo provincial (avalado por sus jefes) ordenara descolgar Fragments d'un any provocando la dimisión del director del Muvim. Y también fijo que alguien lamentará el tiempo y el espacio robados por este desdichado asunto cuando tantas otras cosas preocupan: el paro, las desigualdades sociales y de género, la corrupción, el acoso sexual, el descrédito de la Justicia, el engorde de la xenofobia, el adelgazamiento de los servicios públicos, el abandono oficial del valenciano, el deterioro del medio ambiente... Pero no nos engañemos, que antes es el huevo que la gallina. Porque malamente vamos a poder comunicar o debatir problemas o alegrías si se nos sigue negando el derecho a la palabra y la imagen. La libertad de expresión (de información, de opinión) lo es todo. En el siglo XXI sigue padeciendo esclavitud quien no puede expresar su pensamiento (Eurípides).

Si el vice Vicente hubiera seguido leyendo a Ortega y Gasset sabría que "es falso decir que en la vida deciden las circunstancias. Al contrario, las circunstancias son el dilema, siempre nuevo, ante el cual tenemos que decidirnos". El Gobierno valenciano ha decidido en contra de la libertad. Y su presidente, que tantas alegrías viene dando a los centristas del PP estatal, o improvisa melonadas o guarda un oprobioso silencio. Dice más y con mayor sentido su deseado Ebro al pasar por El Pilar.

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