Puntos básicos
Andan los mercados internacionales de deuda soberana muy alterados de un tiempo a esta parte. La "tragedia griega" los puso al rojo vivo por enésima vez en lo que va de crisis hace poco más de un mes. Pero esta vez, el foco se centró sobre los países del euro. La moneda y la propia arquitectura del sistema suscitaron dudas entre algunos (siempre hay primeras voces, por si acaso luego toca decir "ya lo dije yo).
La deuda griega pasó a marcar un diferencial de 400 puntos básicos sobre el de 10 años alemán a finales de enero, mientras que la española lo hacía a 100 puntos, con todo, 30 puntos por debajo de lo que marcó en febrero de 2009. Irlanda y Portugal, a su vez, más cerca de Grecia que de España. Más recientemente, la deuda del Reino Unido, que no está en el euro, como es bien sabido, ha marcado los 100 puntos. Ahora mismo está casi 20 puntos por encima de España.
Dudar de la potencia del euro hoy es una temeridad y sólo contribuye a crear ruido
Los mercados pueden parecer caprichosos o agresivos (¡atacan a España!, se dice). Bueno, lo que vemos estallar en uno de estos mercados un día cualquiera puede ser el heraldo de lo que podría desplegarse más tarde y durante mucho tiempo fuera de control. Perspectiva que, sin embargo, no tiene por qué cumplirse, claro.
Más que un ataque especulativo, muchas veces lo que hay es una defensa racional ante el riesgo que pueda incorporar un título a largo plazo en el futuro si hoy no se están haciendo bien las cosas. Todo el mundo sabe, o debería saber, que cuando todo el mundo se desprende de bonos a la vez, porque haya alguna sensación rara respecto al emisor, baja su precio y sube la rentabilidad, que es necesaria para hacerlo igual de atractivo que antes.
En estos momentos, dudar de la potencia del euro, como moneda y como sistema de reglas monetarias indisociables de la primera, es una temeridad y sólo contribuye a crear ruido. Pero es verdad que hay lecciones que aprender del proceso de creación de la moneda única. O las reglas fiscales del euro son más vinculantes de lo que el Pacto de Estabilidad implica o vamos a sufrir adicionalmente. De la misma forma que hemos sabido crear una institución monetaria peculiar en Europa, deberíamos ser capaces de crear otra institución fiscal peculiar que completase la característica arquitectura de la zona. Hasta entonces, especialmente en los años de recuperación asimétrica que nos esperan, tendremos que afinar bien los mensajes, los fundamentos y los alineamientos institucionales. Dentro del área euro y en cada uno de sus países.
Cuesta mucho ganarse un diferencial reducido respecto a los mejores, pero puede perderse en cuestión de horas. Cada 100 puntos básicos sobre un stock de deuda que puede representar el 70% o el 100% del PIB es demasiado dinero, incluso en cómputo diario, como para que nos permitamos malos fundamentos, despistes de comunicación o desavenencias entre agentes institucionales. Amarremos los puntos básicos de nuestra economía.
Sara Baliña y José A. Herce son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
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