Un paisaje para brindar

"Estamos abriendo una nueva región turística en el mundo", dice convencida Celeste Pereira, alma de un proyecto cuyo nombre es toda una invitación: All to Douro (Todos al Duero). El río que recorre 225 kilómetros en territorio portugués está de moda. La revista National Geographic lo ha colocado en un puesto de honor, el séptimo, entre los mejores destinos de turismo sostenible del planeta. El año que viene dedicará un número monográfico al Douro. La Agencia Portuguesa de Inversión estima que hay un potencial de 80 millones de turistas para un destino que, en diciembre de 2001, fue declarado patrimonio mundial por la Unesco.

All to Douro no busca un turismo masificado, a pesar de que el juego de palabras (Alto Duero y Todos al Duero) parecería indicar lo contrario. El proyecto parte de la base de que "el Douro es un diamante por pulir", con un producto de fama mundial llamado vino de Oporto, y un catálogo de posibilidades que crece día a día. El objetivo es englobar bajo una misma marca un conjunto de proyectos de calidad, enlazados en red, en áreas como turismo, vinos, gastronomía, cultura y naturaleza.

Celeste Pereira, de 39 años, periodista con 17 años de experiencia y residente en el Alto Douro, y José Manuel Diogo, de 43 años, especialista en mercadotecnia, son los fundadores de Greengrape (www.greengrape.pt), empresa turística que propone diversas escapadas, de uno a cinco días, para descubrir la magia del río en barco, en ferrocarril o en helicóptero, que incluyen visitas a quintas (fincas vinícolas) y bodegas, aldeas con historia, museos, cursos y catas de vinos y aceites, un almuerzo entre barricas o un programa de atención al cuerpo y el espíritu en un spa con vistas al Duero.

Los historiadores Gaspar Martins Pereira y Amãndio Morais Barros escriben en su libro Memória do rio: "Cierto es que el Duero, nacido en las cumbres del Urbión, en los Montes Ibéricos, a 900 kilómetros de Foz, corre ahora calmo, ahora violento, según las características de los terrenos que atraviesa. En un primer tramo de 70 kilómetros desciende abruptamente, superando un desnivel de 700 metros, por el paisaje acantilado de las gargantas del Urbión. Es el "Duero niño", inquieto y cristalino de Miguel de Unamuno. Después atraviesa sosegado el altiplano de la meseta, entre campos verdosos de trigo, álamos, pinos y chopos, hasta las cercanías de Zamora, a lo largo de más de 400 kilómetros. De allí hasta la desembocadura del Huebra desciende nuevamente en desbandada por los rápidos. Esta parte abarca casi todo el desfiladero de la raia luso-leonesa -el tramo superior del Duero internacional-, que se extiende por 112 kilómetros. El declive vuelve a suavizarse poco antes de que el Duero se vuelva portugués. Sin embargo, el descenso hasta el mar, 225 kilómetros al oeste, es más bien acentuado para la fase terminal de un río. Desde Miranda hasta Foz, el Douro portugués conserva el carácter de río de montaña, de encaje profundo".

Quinta do Portal

Todo gira alrededor del vino en esta región de minifundio, de 45.000 hectáreas de viñas y unos 40.000 productores. Un viaje por el Douro permitirá familiarizarnos con algunas de las variedades de uva más representativas de Portugal: Touriga Nacional, Touriga Franca, Tinta Roriz, Barroca, Sousão, entre los tintos. Y Rabigato, Moscatel, Viosinho, Verdelho y Arinto, entre los blancos.

La mayor parte son pequeños propietarios que venden la uva que cultivan. Nuestro recorrido arranca en Vila Real, capital del Alto Douro que se levanta en la confluencia de los ríos Corgo y Cabril, con las sierras de Alvão y Marão como telón de fondo. En Celeirós do Douro pasamos por la bodega de Quinta do Portal, que en los últimos años ha hecho una inversión millonaria en la mejora de viñedos e instalaciones. De la obra destaca la nueva sala de barricas, proyectada por Álvaro Siza Vieira, uno de los más grandes arquitectos de Portugal y de Europa. Los materiales de revestimiento son el corcho y la pizarra, en una estructura de hormigón y acero, donde envejecen los vinos de Oporto y del Duero.

Aldeas vinícolas

La carretera serpentea por el valle, entre socalcos (gradas en las laderas de las montañas), rellanos y viñedos en lo alto, que dan al paisaje una personalidad única. Provesende es un pueblito de origen visigodo que forma parte de la red de aldeas vinícolas del Douro, junto a Barcos (municipio de Tabuaço), Favaios (Alijó), Ucanha e Salzedas (Tarouca) y Trevões (São João da Pesqueira). Cuentan los pobladores de Provesende que allí descubrieron la solución contra la plaga de la filoxera. La taberna Papas Zaide, en la plaza, merece una visita, aunque sólo sea para conversar con doña Graça Monteiro y degustar sus compotas artesanales.

Quinta Nova

Siguiendo el curso del río, después de cruzar Pinhão, encontramos la Quinta Nova de Nossa Senhora do Carmo, una bodega integrada en la región del Douro desde que en 1756 el marqués de Pombal delimitó los terrenos más propicios y las quintas mejor dotadas para la plantación de viñedos. La familia Amorim, líder mundial en el sector del corcho, adquirió la propiedad en 1999. En esta quinta se producen excelentes vinos y alberga un delicioso hotel con 11 habitaciones con vistas al río y a los viñedos.

Quinta do Vallado

Antes de llegar a Peso de Régua, centro de la primera demarcación de la región del Douro, está la Quinta do Vallado, una de las quintas más antiguas y de más renombre del valle, que perteneció a doña Antónia Adelaida Ferreira (1811- 1896), conocida como Ferreirinha, figura legendaria que combinó liderazgo en el mundo de los negocios y compromiso social con su región, lo que le valió el apodo de "madre de los pobres". El hospital de Régua fue obra suya. Sus tataranietos dirigen hoy un proyecto que incluye una bodega capaz de producir 600.000 botellas y un hotel de cinco habitaciones en la antigua casa señorial del siglo XVIII. En memoria de Ferreirinha, los propietarios de Quinta do Vallado instituyeron el Proyecto Adelaida, en el que están implicadas cien personalidades portuguesas y que apoya una asociación que acoge a niños y adolescentes sin hogar.

Museo do Douro

Una parada en Peso da Régua se justifica para recorrer el Museu do Douro, que programa una gran exposición anual con el objetivo de rendir homenaje a grandes figuras que tuvieron un papel destacado en moldear lo que es hoy esta región. La primera fue el Barón de Forrester, empresario, productor de vino, pintor y apasionado del Douro. El museo inauguró en enero la exposición Rios Douro, que durará todo el año. "El Douro es también un actor, tal vez el principal", dice el arquitecto Fernando Maia Pinto, director del museo.

Quinta da Pacheca

Cruzando a la margen izquierda del río por el puente de Régua llegamos a la Quinta da Pacheca, otra empresa familiar que combina bodega con enoturismo. La tercera generación de la familia Serpa Pimentel ha dado un empuje al negocio con la inauguración el año pasado de un hotel de 14 habitaciones rodeadas de 53 hectáreas de viñedos. Merece la pena visitar la bodega y las dependencias de una propiedad con solera, que conserva joyas como el primer mapa del Douro que trazó el barón de Forrester y los pergaminos medievales de la quinta, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI.

Gouvães

Quienes viajen en grupo (hasta seis personas) y busquen privacidad tienen una buena opción en la Casa de Gouvães, en la pequeña aldea del mismo nombre, que se alquila entera por días o semanas. Sus dueños convirtieron una ruina en una casa de pueblo con todas las comodidades.

Antes de llenar el estómago no es mala idea una parada en el Mirador de São Leonardo da Galafura y contemplar la panorámica de la región del Bajo Corgo, afluente del Douro. No hay que recorrer muchos kilómetros para llegar al restaurante Repentina, en Poiares, donde preparan un cabrito asado con una reputación de más de dos décadas.

Vila Seca

Luis Soares Duarte, de 40 años, pertenece a la nueva generación de enólogos portugueses que han puesto en marcha uno de los proyectos más diferenciadores en el Douro. Apasionado del vino y de esta región, ha construido en la aldea de sus antepasados, Vila Seca de Poiares, una bodega donde elabora vinos de autor. Soares Duarte, que fue elegido enólogo del año 2001 por la Revista de Vinhos, inaugurará en junio un espacio de enoturismo con alojamiento, está rehabilitando varias casas del pueblo, y una de ellas se convertirá en un pequeño hotel. La oferta incluye recorridos a pie, bicicleta, moto de montaña, 4×4, barca, helicóptero, visitas guiadas, tertulias, encuentros gastronómicos, huerta comunitaria, vendimia... El proyecto añade otro elemento innovador que consiste en la creación de un club de vinos cuyos socios podrán elaborar su propio vino, hasta un máximo de 1.500 botellas cada uno, que se guardarán en las instalaciones de la bodega. "La idea es crear las condiciones para que los amantes del vino y del Douro puedan realizar aquí todas las actividades ligadas a la vinicultura", explica Soares Duarte.

Transmontanas

En la localidad de Alijó, a 550 metros de altura, Celso Pereira, enólogo y amigo de Soares Duarte, es la cabeza visible de Caves Transmontanas, empresa fundada en 1989 como resultado de la asociación de Caves de Riba Tua e Pinhão y Schramsberg Vineyards de Napa Valley, que produce 95.000 botellas de Vértice, uno de los mejores cavas portugueses. La bodega también elabora una pequeña cantidad de vino pinot noir.

Pipadouro

Navegar por el Douro da otra perspectiva, más si se hace a bordo de cualquiera de los dos barcos de la empresa de turismo enológico y fluvial Pipadouro. El Friendship I es una embarcación inglesa construida en 1957, de 66 pies, con casco de caoba y tres cabinas matrimoniales. El Pipadouro II, de 33 pies, está en fase final de restauración. Los programas que proponen son a medida de cada cliente: desde un atardecer sobre el río, un almuerzo gourmet, una cena de ensueño o varios días de navegación.

Oporto express