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Entrevista:ALAIN GIRESSE | Ex centrocampista francés, campeón de la Eurocopa de 1984 contra España | Faltan 99 días para el Mundial

"El ojo de España va muy rápido"

Alain Giresse (Legorian, Francia; 1952) formó parte de un centro del campo inolvidable, al que se llamó el cuadrado mágico y que el pequeño centrocampista (1,63 metros) formaba en la selección francesa con Tigana, Genghini, a quien sustituyó después Luis Fernández, y Platini. Su fútbol fue un referente mundial entre 1982 y 1986. Giresse jugó 16 años en el Girondins de Burdeos, con el que ganó dos Ligas, y se retiró en 1988 en el Olympique de Marsella. Como entrenador ha dirigido al Toulouse, el París Saint-Germain y el FAR Rabat y a las selecciones de Georgia y Gabón, con la que participó en la Copa de África. Hace 26 años, Giresse celebró la Eurocopa ganada a España en París. Hoy, cuando ambas selecciones vuelven a medirse, une en su memoria aquel equipo francés con el actual conjunto de Del Bosque.

"Xavi e Iniesta pesan, como Tigana y yo, unos 60 kilos. Pero también son creativos"
"Platini era el tercer atacante, nuestro Torres, decisivo, la guinda del pastel"
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Pregunta. ¿Se puede establecer un paralelismo entre la Francia campeona europea en 1984 y la España de 2008?

Respuesta. Claro. Es agradable la comparación porque España es el equipo que, actualmente, practica el juego más espectacular, el más atractivo y efectivo, como lo demostró en la última Eurocopa. Si se miran los detalles, hay muchos parecidos: la construcción del juego, el trato del balón, los movimientos ofensivos... Es decir, la manera de dar valor al juego. España no hace cualquier cosa con el balón.

P. ¿Viene la fuerza española de su centro del campo como la de la Francia del cuadrado mágico?

R. Sin fanfarronería, Francia tenía la mejor línea medular del mundo. España tiene ahora una de calidad superior. Cuando dispones de jugadores técnicos que sienten el juego, tienes muchas posibilidades de jugar bien, de manera inteligente y generando muchas ocasiones de gol en cada partido. Eso hace España.

P. Los españoles no son fuertes, pero no hay quien les tumbe.

R. ¿Y qué? Tigana y yo pesábamos 60 kilos... Creo que Xavi e Iniesta no pesan mucho más. Como nosotros, en ellos prima la técnica, la habilidad gestual y el gusto por el pase ofensivo, la invención y la creatividad. No es la potencia o la velocidad como en la mayoría de las selecciones. Me gusta el juego de España porque piensa la jugada, la trabaja, y tiene muchas opciones para terminarla. Para el espectáculo, no hay nada mejor.

P. ¿Es determinante la velocidad en el fútbol moderno?

R. Por supuesto, pero más vale ser rápido con el balón. Es el balón el que debe ir rápido. Las piernas, también. Pero sobre todo, el ojo. En el juego de España no hay demora. No se especula. La pelota va y viene. El ojo de la selección española va muy rápido.

P. Siempre se habló de la furia. Para usted, ¿cuál es la marca de fábrica del fútbol español?

R. La Liga se caracteriza por un juego ofensivo y espectacular. Los españoles son buenos con la pelota y, sobre todo, sin la pelota. No es un don que posea mucha gente. Cuando veo a La Roja, noto la importante influencia del Barcelona. Es lógico porque los cerebros de la selección, los que imponen el estilo, son Xavi e Iniesta.

P. ¿Era usted como Xavi o como Iniesta?

R. Morfológicamente, me parecía más a Xavi, con un centro de gravedad bajo y unos muslos musculados que le ayudan a regatear a contrapié. Por visión del juego también nos parecemos. Pero yo era bastante más ofensivo, igual que Iniesta. Jugaba más adelantado y metía goles. Son dos enormes jugadores y me fascina su simplicidad y su eficacia. Convierten el fútbol en algo muy fácil. No se adornan ante las cámaras de televisión. Siempre eligen la mejor solución. Y resulta bonito. En España, Xabi Alonso o Senna son lo que fue Fernández para la Francia de 1984. Tigana es más difícil de comparar porque era incombustible y muy fino. No, no le veo comparación. Además, España juega un 4-3-3 y Francia un 4-4-2.

P. ¿Y Platini?

R. Platini era como el tercer atacante. Platini es Torres. Era capaz de aparecer en largo, en corto y de acabar el juego. Como Torres o como Villa. Platini terminaba, aunque también comenzaba. Pero un gran equipo se define por su equilibrio. Por mucho adorno y mucha creación, sin un gran goleador es inútil. Platini marcó nueve goles en 1984. Era el Torres de España, la guinda del pastel, el jugador decisivo.

P. ¿Algo más que un líder? ¿Quién mandaba en el equipo?

R. Michel Hidalgo era el entrenador, pero Platini daba su opinión... ¡Daba su opinión en la comida, en la media parte, durante el partido! Pero yo también daba la mía. En aquel equipo había solidaridad y respeto, una unidad de pensamiento y funcionamiento. Éramos un comando.

P. Además del medio campo, ¿tiene España el mismo rango de equipo que aquella Francia?

R. España es mi favorita para el Mundial por su filosofía del juego, que me resulta anacrónica en estos tiempos en los que el resultado prevalece sobre todo. También, porque es un equipo completo, equilibrado. Claro que ahora tendrán que aguantar la presión como nosotros entonces.

P. ¿Qué recuerda de la Eurocopa de 1984?

R. Hubo de todo. Un partido tranquilo con Bélgica, uno muy áspero con Yugoslavia, una primera parte emocionante con Dinamarca, la inolvidable semifinal con Portugal y, luego, España en la final, en la que no jugamos bien. Necesitamos el error de Arconada [ante una falta lanzada por Platini, el balón le pasó por debajo del cuerpo] para ganar y conseguir el éxito. Yo no me di cuenta de qué había pasado. Ni siquiera de que era gol. Arconada era un gran portero. Debía estar escrito que Platini sería diabólico hasta el final. También recuerdo el día anterior. Fue horrible. A Six, que era titular en el ala izquierda, le dijeron que jugaría Bellone y se mosqueó, pero el grupo no se resintió. El día del partido no pude ni dormir la siesta. Teníamos muchísima presión. Había electricidad en el ambiente. Nos visitábamos en la habitación, pero no hablábamos. Platini no dejaba de fumar ni Fernández de hacer el payaso. Jugamos supernerviosos. Por eso jugamos mal.

P. ¿Es aquél el mejor equipo de la historia de Francia?

R. No. Sigo creyendo que en el Mundial de México 1986 éramos más fuertes. Si no hubiéramos jugado en altitud, habríamos ganado el título.

P. ¿Y la selección de 1998?

R. La diferencia con mi generación es que ellos ganaron el Mundial. Nosotros practicábamos un juego mucho más espectacular, más excitante. Y ellos tenían a Zidane, el mejor jugador francés de la historia. Marcaba menos goles, pero eran goles decisivos, como en la final de 1998 frente a Brasil.

P. El líder de la Francia actual, Henry, es suplente en el Barça.

R. No puedo opinar sobre el Barcelona. Pero Henry no tiene las piernas de hace unos años. No tiene la misma percusión en el ataque. En el Arsenal tenía más posibilidades de activarse y el juego del Barça reduce el individualismo. Para Messi es diferente porque él necesita el balón en los pies. Tití necesita balones en profundidad. Para mí, Henry es indispensable. Es menos rápido, vale, pero... ¿quién es mejor que él? Si le quitas, ¿a quién vas a alinear en su lugar? Además, tiene carisma. Es el capitán y el líder.

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