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La Universitat elige rector en un clima de máxima división

La previsión de la segunda vuelta alienta el juego de alianzas

Ignacio Zafra

La Universitat de València acude hoy a las urnas a elegir al nuevo jefe en un clima de división desconocido en la historia democrática. Al contrario de lo que muchos pensaron al principio de la (interminable) campaña electoral, ningún candidato ha puesto pie a tierra ni ha habido tampoco candidaturas de integración. Los cuatro se disputarán el rectorado en unas elecciones en las que lo único que parece seguro es que no tendrán ganador definitivo y requerirán una segunda vuelta, prevista para el 9 de marzo.

La gran división no deriva tanto de los cuatro candidatos como de los cuatro equipos que tienen detrás, integrados por profesores de todos los campus y prácticamente de cada escuela y facultad. La movilización de todas las elecciones multiplicada por dos. Y eso hace prever una participación muy alta, al menos, en el estamento superior, el único que puede presentarse y que controla un 63,7% del voto ponderado.

Ante el miedo a la fractura, algunos abogan por integrar a los dos finalistas
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El sondeo electoral definitivo elaborado por un grupo de profesores de Economía apunta en esa dirección. Concede un 30% de intención de voto a Esteban Morcillo, un 26% a Antoni Furió, un 25% a Vicent Soler y un 19% a María Antonia García Benau. Teniendo en cuenta que la encuesta presenta un margen de error de 3,15 puntos, según los autores, y que no contempla el voto de los alumnos (25% del voto ponderado), trabajadores de administración y servicios (10%) y becarios de investigación (1,3%), la impresión de incertidumbre se refuerza.

La presencia de cuatro candidatos es vista dentro de la universidad como una prueba de pluralismo y al mismo tiempo como un síntoma de fragilidad. Hay quienes aplauden que el proceso sea a dos vueltas y quienes consideran que el hecho de no poder ganar a la primera debilitará de entrada al futuro rector en una época extremadamente compleja. Si los porcentajes se acercan a los señalados anteriormente, se hará imprescindible un juego de alianzas ante la elección final, aunque no es fácil decir qué capacidad real tendrán los candidatos batidos para entregar sus votos a otros aspirantes. La preocupación por la fractura ha llevado a algunos profesores a abogar por medidas drásticas de concentración, renuncia a la segunda vuelta e integración entre los finalistas. A esta altura de la partida, sin embargo, esa opción se antoja igual de complicada.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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