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Reportaje:Debate sobre el empleo y las pensiones | El futuro de los trabajadores

Hacia una productividad con garantías laborales

Zubía: "Me gusta que haya riqueza para repartir" - Trevilla: "Doscientos mil trabajadores son 'mileuristas"

Euskadi cerró el último trimestre de 2009 con un crecimiento intertrimestral del 0,2% del PIB, el primer dato positivo desde la caída iniciada en el tercer trimestre de 2008. Gracias a las exportaciones y el marco industrial el País Vasco está padeciendo la crisis de forma distinta. ¿Pero cuáles son en estos momentos las relaciones laborales entre sindicatos y patronal?

Carlos Trevilla. La competitividad es la base necesaria para el sitio de encuentro. Queremos empresas más competitivas, más productivas y más participativas. Y queremos sectores que generen más alto valor añadido. La competitividad es la base necesaria, aunque no suficiente, para mejorar de forma sostenible el empleo las rentas y la protección social. Esta afirmación es tajante. En Euskadi hay una fractura sindical que no es un problema estrictamente sindical, sino que debería ser un problema de país. Las relaciones laborales después de este largo camino están muy desestructuradas y fragmentadas. Hay cada vez más individualización en las condiciones del trabajador. El convenio colectivo está muy empobrecido, y no negocia los procesos de transformación que se están dando en las empresas. La nueva empresa ofrece muy pocos espacios al dialogo, a la concertación social y a la participación en las decisiones estratégicas. Eso impide procesos de cambio pactados.

"Aquí nunca se ha hecho la apuesta por una mano de obra barata"
"Es difícil construir proyectos de futuro con la rigidez existente"
"El mercado laboral español impide cambiar el modelo productivo"
"Reclamar que los salarios se igualen a la productividad casi es subversivo"
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José Guillermo Zubía. Me gusta que haya riqueza para repartir, no que haya pobreza para repartir. De alguna forma, si la empresa, como único agente generador de riqueza, no es eficiente, desde luego mal va el conjunto de la sociedad. En las relaciones laborales claro que hay fragmentación, pero es que seguramente lo colectivo está socialmente en crisis. La sociedad piensa mucho más en valores individuales que en el pasado, y en el mundo del conocimiento las aportaciones son mucho más individualizadas. Y eso conduce a una cierta crisis de lo colectivo y también de la izquierda.

C. T. Nuestra función no es crear empleo. Tenemos que hacer las empresas competitivas y que creen un empleo que sea de calidad, y que no tenga empresas competitivas en base a la precariedad y al recorte de derechos.

J. G. Z. Aquí nunca se ha hecho la apuesta por una mano de obra barata. No en vano seguimos siendo los que más pagamos del Estado. Y eso es posible por los enormes esfuerzos que comparativamente se están haciendo en investigación, en desarrollo, en innovación e internacionalización. Que nada tienen que ver con esas tesis de ajustes permanentes en el sentido que se dice.

C. T. Doscientos mil trabajadores vascos son mileuristas en este momento. El parón de la negociación colectiva debiera ser una preocupación de país. Inmovilismo no, pero es peor la impotencia. Es decir, la fractura sindical debilita la relación de fuerzas.

J. G. Z. El número de mileuristas tiene que ver con las aportaciones que se realizan. Insisto, somos los que más pagamos del Estado. Aquí no hay la mínima apuesta por una mano de obra barata. Aquí lo barato tiene que venir derivado de la productividad, y eso es incuestionable.

C. T. Ha habido desconexión entre salarios y productividad.

J. G. Z. ¡Que no es verdad!

C. T. Perdona tengo datos.

J. G. Z. Todos los que tú quieras, pero el dato fundamental es que el gran receptor de esa modificación del reparto primero ha sido la Administración, y en segundo lugar, que en un sistema más productivo los salarios, en términos absolutos o de aportación, son inferiores.

C. T. En este momento, la reivindicación de que los salarios se igualen al crecimiento de productividad, que no pierdan participación en la distribución de la renta, casi es subversivo y se ve casi como un obstáculo para la crisis. Pero, me parece que la desconexión entre salarios y productividad...

J. G. Z. La productividad no depende sólo del factor trabajo.

C. T. Ya lo sé.

J. G. Z. Por eso es insostenible.

Pregunta. ¿Cuáles son los ejes para una posible reforma laboral? ¿Cuál sería el debate preciso?

J. G. Z. La reforma laboral está en el ámbito estatal, que es donde debe estar, en la medida en que se trata de realizar modificaciones de tipo legislativo. La finalidad de todo el mundo en ello debe ser que los periodos de crisis no generen en España los niveles de desempleo que producen. En Euskadi, afortunadamente estamos mejor. Y para afrontar ese paro hay que retocar muchas cosas. Una de ellas la dualización del mercado de trabajo, aunque a veces no guste. En segundo lugar, las empresas necesitan una adaptación permanente al cambio, que no tiene nada que ver con el número de efectivos, y que es incompatible con los métodos existentes.

C. T. La realidad de nuestro mercado de trabajo es que no ayuda al cambio de modelo productivo. Tenemos una flexibilidad externa que no va en la línea del crecimiento de la productividad.Hay que hacer una reforma legal que rompa el círculo vicioso de clara inestabilidad, de precariedad compulsiva, cara y subvencionada. De que no es buena una mano de obra de bajos salarios, ni buenas las escasas inversiones en capital, innovación y formación. Lo planteo a nivel de España.

J. G. Z. Aquí somos un poco distintos en esos temas.

C. T. Si, aquí somos distintos pero tenemos un 24% de temporalidad. Nosotros estamos aplicando una flexibilidad externa a la danesa, y tenemos una desprotección e inseguridad casi tercermundista en políticas activas.

P. Habla de Dinamarca, pero en esos países hay una flexibilidad total. Hay cobertura de desempleo hasta cuatro años, y luego el reciclaje es muy rápido, de tres a cinco meses.

J. G. Z. Yo suscribiría en gran parte el modelo danés, pero evidentemente las empresas necesitan una estructura muchísimo más flexible y los trabajadores necesitan una cobertura mayor.

P. ¿Por qué el primer contrato laboral es casi siempre temporal?

J. G. Z. Estoy completamente de acuerdo en que es difícil construir proyectos de futuro empresariales y personales con las tasas de temporalidad existentes. También es difícil construir proyectos empresariales de futuro con la rigidez existente. En Euskadi el impacto del empleo ha sido muchísimo más bajo que en España, y los empresarios son conscientes de que nuestro recurso por excelencia es el recurso humano, y han hecho esfuerzos para apostar por una economía productiva valorando la cualificación y la formación. Somos conscientes de que hace dos años nuestro principal problema era la falta de mano de obra cualificada y que, sin duda, lo va a ser en un futuro. Eso explica que la inmensa mayoría de los expedientes de aquí han sido de suspensión, no de rescisión. Ello ha permitido que 27.000 trabajadores hayan vuelto. Confío en que cuando ese repunte se confirme, la reincorporación sea mayor.

P. ¿Y las instituciones?

J. G. Z. Hemos suscrito un acuerdo entre sindicatos, empresarios y administraciones sobre los temas formativos de los trabajadores en expedientes de regulación de empleo, y ahí no hemos conseguido los resultados apetecibles. Está fallando algo más.

C. T. ¿Cómo hay que hacer para que la flexibilidad no sea flexiexplotación? Discrepo de la rigidez del mercado de trabajo español. De 1994 a 2008 se crearon en España ocho millones de empleos, la tasa de empleo pasó del 38% al 53%, el paro bajó del 24% al 9%. Cada año tenemos una media de 17 millones de contrataciones, el 90% temporales. La tasa de rotación es la mayor de Europa, y creamos más empleo cuando las cosas van bien y destruimos más cuando van mal. El despido en España no es caro, y está desprotegido. La OCDE nos sitúa como el país que más ha reducido la protección en la tramitación del despido en los últimos quince años.

J. G. Z. Siempre estamos en lo mismo: rigidez y despido. La flexibilidad es mucho más que el despido y en eso no queréis entrar, y es un tema donde la competitividad empresarial juega un papel clave. Muchas veces, la temporalidad no tiene nada que ver en la contratación con el despido, sino con capacidad de adaptación. Tendremos que asentar esto ya.

C. T. La flexibilidad externa es impuesta; la flexibilidad interna puede ser negociada y debiera ser negociada y contractualizada. La pregunta es: ¿qué modelo laboral conduce al incremento de productividad, a una mayor innovación?

J. G. Z. Desde luego, no el del mercado laboral español.

C. T. El mercado laboral español impide un cambio de modelo productivo.

J. G. Z. Lo nuestro afortunadamente no es cambiar el modelo productivo.

C. T. No, es mejorar el actual.

José Guillermo Zubía Guinea

José Guillermo Zubía Guinea (Sevilla, 1946), oriundo de Oñati, reside en Vitoria desde su niñez. Licenciado en Derecho y Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, fue empresario y asesor de diversas firmas y secretario general del Sindicato Empresarial Alavés (SEA), antes de ser elegido en 1995 secretario general de la patronal Confebask, cargo en el que continúa.

Carlos Trevilla Acebo

Carlos Trevilla Acebo (Valle de Villaverde, Cantabria, 1946) estudió Teología en la Universidad de Deusto, y magisterio en Derio. Experto sociolaboral de la UNED, fue miembro de la ejecutiva de UGT-Euskadi desde 1978 y secretario general del sindicato socialista de 1998 a 2001. Ha representado a la central en el CRL, el Consejo Social de la UPV, el Fondo Social Europeo y en el Consejo Económico y Social vasco.

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