Caseros desde la cárcel
El alcalde de Puente Genil denuncia el realquiler ilegal de viviendas sociales
Desde la cárcel, ¿se pueden cobrar realquileres ilícitos sobre viviendas ya alquiladas? Al parecer sí. Manuel Baena, el alcalde del municipio cordobés de Puente Genil, en Córdoba, denuncia que está ocurriendo en la calle Bailén, una de las más conflictivas del municipio. Por ello, el regidor de IU pide a la dueña de estas viviendas, la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA), un "mayor control y una mejor gestión" de las mismas.
El delegado de Vivienda, Francisco García, reconoce que la Junta ha detectado irregularidades y que ya está respondiendo: "Tenemos abiertos cuatro expedientes de desahucios para las familias que cometan ilegalidades y otros cinco están siendo investigados. Vamos a incrementar la instrucción de estos expedientes".
La Junta tiene abiertos cuatro expedientes de desahucios
Las viviendas de la calle Bailén están habitadas por inquilinos en situación de necesidad económica o riesgo de exclusión social que, teóricamente, pagan a EPSA un precio módico por las mismas. Pero ellos, a su vez, no pueden volver a arrendar los pisos. Aunque los vecinos reconocen que es algo común y el Consistorio afirma que no lo puede evitar. Pero es que, además, el Ayuntamiento ha detectado que algunos de los nueve delincuentes más peligrosos que vivían en esa calle y que actualmente cumplen prisión preventiva -o directamente pena- en la cárcel, siguen cobrando, desde sus celdas y a través de sus familias de la barriada, el alquiler a nuevos okupas.
Alquileres que pueden llegar a los 200 o 300 euros, sostiene Manuel Baena: "Y siendo a su vez, muchos de los que están en la cárcel okupas, puesto que a ellos no se les asignaron esos pisos".
"Aquí, los que estamos legalmente pagando, se nos puede contar con los dedos de una mano", reconocía ayer una joven vecina que trataba de que su hijo pequeño no jugase en la basura. "Todo lo demás son okupas", proseguía. Pero sobre el cobro de realquileres nadie habla. Y mucho menos de que esa actividad se coordine o incite desde la prisión. Sólo se reconoce que hay casas vacías que son habitadas ilegalmente. "Los que no tienen nada, pues dan la patada y entran a vivir", resumen. Y es que la desesperación lleva a muchos a querer vivir allí, a pesar de la suciedad y el estado de abandono en que se encuentra la barriada.
"Vamos a arreglar lo que haya que arreglar", afirma el delegado de Vivienda. "Limpiaremos y actuaremos en lo material. Pero no va a ser la solución definitiva. Además, hay que hacer trabajo integral del que no se puede ocupar sólo Vivienda. Hay que trabajar en lo social, en la seguridad ciudadana, en la integración. Y eso lo tienen que hacer todas las administraciones, incluido el Ayuntamiento, con el que vamos colaborar", continúa.
La labor que les espera es ardua. Los portales, las fachadas y los interiores de las casas de la calle Bailén están llenos de huellas del vandalismo y la dejadez. Cristales rotos. Un par de viviendas quemadas. Puertas reventadas. Cocinas arrasadas. Y excrementos, muchos excrementos de animales.
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