Vonn anima Vancouver
La favorita deja a más de medio segundo a sus rivales del descenso
Lindsey Vonn podrá volver a celebrar las Navidades en casa de su amiga María Riesch, una de sus grandes rivales. A lo grande. Voló en la pista Franz de Whistler y logró su primera medalla olímpica. Objetivo cumplido. Su superioridad fue aplastante, más de lo previsto, y lo inesperado fue la segunda plaza de su veterana compatriota Julia Mancuso, la Bode Miller femenina, que retornó a la cumbre en el momento preciso. Terminó a poco más de medio segundo, ya un mundo, pero mucho menos que el apabullante segundo y medio detrás de Vonn con que la austriaca Elizabeth Goergl ganó el bronce.
Goergl, que bajó en quinto lugar, puso ya el listón alto con su 1m 45,65s. Superó por más de dos segundos a la española Carolina Ruiz, tercera en salir, pero que hizo un tiempo ya muy aceptable (1m 47,62s). Eso podía permitirle conseguir su mejor clasificación olímpica (15ª). Así fue. Igualó su puesto en el supergigante de Salt Lake City 2002.
Carolina Ruiz igualó su mejor clasificación olímpica al acabar decimoquinta
Vonn bajó con el dorsal 16 y sólo parecía tener a Goergl en el punto de mira, pero Mancuso se lo puso extrañamente más difícil. Dio igual. En el primer tiempo intermedio Vonncouver ya había rebajado el paso de su compatriota en 17 centésimas, lo aumentó en los dos siguientes a 43 y 83, y aunque en la parte final, difícil para todas las esquiadoras, ésta se estrechó hasta las 66 mantuvo logró manterner una ventaja final de 56 centésimas. La diferencia es abismal en comparación con los hombres, que se jugaron el podio en nueve centésimas.
En ningún momento pareció que Vonn se resintiera de la lesión de tibia que arrastraba ni de los continuos aplazamientos de las sesiones de entrenamiento. Pero aún no tenía la carrera ganada, porque faltaban sus principales rivales. Les había metido toda la presión. La clave podía estar en lo que hiciera la veterana sueca Anja Paerson, pero no sólo fue siempre por detrás en los pasos, hasta casi 40 centésimas en el último tramo, sino que se cayó de forma espectacular en el último. Después, Riesch, la única que había derrotado a Vonn esta temporada, sufrió todo el recorrido y sólo pudo ser octava.
Vonn no ha hecho más que empezar en Vancouver, cuyos organizadores se agarran a su primera estrella para hacer olvidar los problemas climatológicos. Aún aspira a las cuatro medallas más que reparte el esquí alpino. Ella y su marido y entrenador, Thomas, suelen pasar con los Reisch la larga temporada europea de la Copa del Mundo. Ahora tienen más que celebrar.
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