Un pionero de la abstracción El Museo Picasso Málaga exhibe 91 obras del pintor checo František Kupka

František Kupka (Bohemia, 1871-París, 1957) inició su carrera en Chequia, en la prestigiosa Escuela de Bellas Artes de Praga, donde se consagró a la pintura académica. Más tarde, en la Viena de finales del siglo XIX, empezó a interesarse por la pintura simbolista y alegórica. Instalado en 1896 en París, ciudad que ya nunca abandonó hasta su muerte en 1957, compaginó su carrera artística con trabajos más mundanos, como ilustrador de prensa y publicidad, al tiempo que se producía su acercamiento a las primeras vanguardias, como el fauvismo o el cubismo.

Su interés por los escritos futuristas le llevó en 1910 a una progresiva y muy personal abstracción centrada en el movimiento, el estudio de los efectos del color y la relación entre la música y la pintura. No en vano, Kupka está considerado como uno de los pioneros en explorar la abstracción. "Su carácter independiente le llevó a dar cuenta de esa voluntad individual de construir espacios de libertad artísticos más allá de manifiestos, movimientos o corrientes, al igual que hizo Picasso. Era un artista ilimitado", resaltó ayer el director del Museo Picasso Málaga, José Lebrero, para explicar el porqué de la exposición temporal que sobre el artista checo se exhibirá en Málaga hasta el 25 de abril.

Los óleos y dibujos provienen del Centro Georges Pompidou de París

František Kupka. Obras de la colección del Centre Pompidou es el nombre de esta muestra, que reúne 91 obras del artista checo -42 óleos, 21 dibujos y 28 obras gráficas- que permiten entender la trayectoria de Kupka desde sus primeros trabajos simbolistas hasta su última etapa creativa. Las obras provienen de los fondos que el Centro Georges Pompidou de París posee de este artista checo. Málaga es la segunda ciudad de España en acoger esta gran retrospectiva, tras su paso a finales de 2009 por la Fundación Miró de Barcelona.

La exposición, comisariada por Brigitte Leal, directora del Museo Nacional del Arte Moderno de París y que fue presentada ayer por la consejera de Cultura, Rosa Torres, y el nieto de Picasso, Bernard Ruiz-Picasso, incluye los primeros trabajos academicistas de Kupka hasta sus pioneros descubrimientos en la historia de la pintura abstracta.

De sus primeras obras figurativas destaca el uso de una paleta de colores única, que se acerca a la monocromía en cuadros como La gama amarilla (1907), que los expertos identifican como un retrato imaginario del poeta Charles Baudelaire, o El pintalabios (1908). También se encuentran sus primeras creaciones abstractas, que se expusieron en París en 1912 y que provocaron el desconcierto del público y de la crítica.

El pintor jamás daba una obra por terminada y retocaba los cuadros una y otra vez, a veces durante años. Pinturas como Cuento de pistilos y estambres (1919-1923), Trazos, planos, espacio III (1921-1927) y Alrededor de un punto (1920-1930) son fruto de su obsesión por captar la energía vital. "Aunque no logre un gran éxito en vida, no me molesta saber que lo tendré después de muerto", escribió. Poco antes de morir, Kupka fue reconocido como el primer artista en pensar en términos de abstracción.