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Tentaciones
Entrevista:MÚSICA

La revolución también envejece

Se han traído hasta las porterías, unas minúsculas construcciones de hierro gastado. Las han colocado frente a la cortina que separa el foso del bar en este Sant Jordi Club de Barcelona. Un espacio anexo al Palau convertido en una sala de conciertos con capacidad para 3.000 personas.

Alex Turner, un tipo minúsculo, corre tras un balón ataviado con pantalones pitillo, gafas de sol y botines. Entra en colisión con el esférico es difícil discernir qué golpea a qué, que sale proyectado definiendo una parábola más propia de un dibujo animado. El balón rebota en todos los elementos estacionados sobre la sala y termina, increíblemente, dentro de la portería. Todo el mundo ríe. Menos él. Parece que cualquier cosa que intente le va salir bien. Es el líder de Arctic Monkeys, la banda más precoz y exitosa del rock británico del último lustro. Reside en Williamsburg, el área de moda de Brooklyn (Nueva York), con su novia, la estrella de la MTV y modelo Alexa Chung. No está mal para un chaval de 24 años que hace tres vivía en Sheffield con sus padres. Peligro: se dirige a la mesa de pimpón.

"No tenemos una vida normal, pero no conocemos otra" (Matt Helders)

"Alex es malísimo al fútbol, ya lo has visto", comenta minutos después Matt Helders, el batería y miembro de la banda a quien peor ha sentado la decisión conjunta de dejarse el pelo largo. Turner será malo, pero ha metido el único gol que hemos visto hoy. "Hombre, buenos, buenos, no somos ninguno", interviene Jamie Cook, el guitarrista y el que mejor ha adaptado el estilo de Josh Homme, líder de Queens of the Stone Age y coproductor de Humbug, su tercer disco, grabado en el desierto de California y prácticamente repasado por completo durante esta gira europea, la mayor que jamás ha realizado la banda al otro lado del canal de la Mancha. "Lo bueno de estas giras grandes es que tienes camiones enormes y ningún manager te puede decir que no metas las porterías de fútbol ni la mesa de pimpón. Sentimos que somos como una gran empresa, un monstruo que recorre Europa jugando partidas de pimpón", comenta Helders. "Ayer tocamos en Madrid y fue el concierto más grande que hemos dado en una sala europea jamás", recuerda orgulloso el guitarrista. El día 13 tocarán en el MTV Winter en Valencia y vendrá incluso más gente a ver cómo la banda corre el terrible peligro de dejar de ser un magnífico fenómeno para quedarse en magnífica banda de rock.

"Jamás quisimos ser enigmáticos, ni molestos, ni misteriosos. Sólo cuestionamos cosas que se dan por sentadas en este mundo, y por eso tal vez a alguien le resultamos incómodos. Pero sólo es eso. Al final, somos unos corderitos que si tienen que ir a un programa de la televisión alemana a responder preguntas en otro idioma de alguien que no sabe ni el nombre del grupo, van. Si tenemos que grabar saludos ridículos en otros idiomas para radios de países extranjeros, pues lo hacemos. Dicen que somos la primera banda que triunfó por Internet y que hemos, de alguna manera, cambiado la industria. Chorradas", apunta Helders, soltando lastre ante el aluvión de méritos y deméritos que se le atribuyen a la banda.

Sobre el escenario del Sant Jordi Club, la banda parece totalmente desconectada de revoluciones digitales y demás enormidades que en teoría inspiraron cuando triunfaron en MySpace hablando de taxis, kebabs y porteros de discoteca. "Eso ya no tiene demasiado sentido. Alex vive en Brooklyn y no sabemos tanto de qué va a escribir, pero estamos seguros de que no lo hará sobre esas cosas. Hemos crecido, es normal. Bueno, no tenemos una vida normal, pero no conocemos otra. Triunfamos tan pronto que ni siquiera nos dio tiempo a mandar las solicitudes a la universidad, por lo que el único que tiene un plan B por si fracasamos es éste". Helders señala a Cook. "Voy a abrir una tienda de vaqueros en la que se fabricarán los mejores de la historia. Perfectos. El vaquero es el espejo del alma", sentencia, orgulloso de su ocurrencia. Helders quiere montar un pub con un Twister pintado en el suelo, pero eso, de momento, va a esperar. "Tengo mis aficiones, pero la banda es aún lo primero. Llevamos sólo tres discos y nos gustaría grabar el cuarto este año. Aún no nos hemos cansado de esto, pero estoy seguro de que en algún momento alguien pensará que otras cosas son más importantes que el grupo. Entonces los discos se sucederán cada cinco años y nos enteraremos de la vida de Alex por la prensa. Lo bueno es que por aquella época ya habré conseguido lo que deseo de esta gente: ¡que seamos un grupo de metal!".

Humbug está editado en Domino Pias. Arctic Monkeys actúan mañana en Valencia (Festival MTV Winter, Ciudad de las Artes y las Ciencias).

<b>De izquierda a derecha, Jamie Cook, Nick O'Malley 
y Alex Turner. De pie, Matt Helders. Los todavía jóvenes componentes de Arctic Monkeys. </b>
De izquierda a derecha, Jamie Cook, Nick O'Malley y Alex Turner. De pie, Matt Helders. Los todavía jóvenes componentes de Arctic Monkeys. GUY AROCH

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