Arrollador Barça

Fiable y sólido como pocos, el Barça no tropezó en el duelo más crucial de la temporada. Se debatía su futuro en Europa, condicionado por la derrota de Belgrado -no prosperó el recurso presentado por el encuentro ante el Partizán- y por la temible entidad del rival, vigente campeón de Europa. No iba menos apurado el Panathinaikos, que contaba los partidos del Top 16 por derrotas y que se lo jugaba todo a rojo o negro. Salió azulgrana (83-71). El Barça le doblegó gracias al juego exterior, a la muñeca caliente de Lorbek y Grimau, y a una defensa aseada que empobreció el porcentaje de tiro contrario.

Arrastró el PAO el fulgurante comienzo del Barça (29-18), que convirtió cinco triples en el primer cuarto. De poco sirvió la propuesta de Zeljko Obradovic, que pretendió un tanteo bajo, una defensa pétrea y un juego trabado. Basile, Mickael y Navarro soltaron los latigazos desde la línea de 6,25 al tiempo que Ndong desgastó los centímetros del rival. Luego apareció Grimau, que buscó las cosquillas con los uno contra uno, siempre solventes. En la canasta contraria sucedió lo opuesto. El juego exterior sólo funcionó a trompicones, con Diamantidis poco inspirado, pero con un baloncesto tan agresivo como punzante bajo el aro. Pekovic, Batiste y Nicholas se pusieron las botas. Fue útil, en cualquier caso, la defensa zonal 2-3 que planteó el Barça. Suficiente para desarticular el juego pesado del PAO, más pendiente en cargar de faltas al rival que de perforar el aro.

Escudado en la ametralladora de Batiste y el rebote ofensivo, el PAO trató de revertir el partido. Apretó y redujo a 10 una ventaja que fue de 20. Pero se quedó con las ganas; no detuvo a Grimau. El Barça se encarama en lo alto de la tabla, igualado con el Partizán y el Maroussi, que anoche venció al propio Partizán (57-49).