McLaren es una incógnita
La independencia de Mercedes y la relación Hamilton-Button marcan al equipo británico
Dos de los cuatro campeones que la próxima temporada coincidirán en la parrilla del Mundial de fórmula 1 serán compañeros de equipo y conducirán el mismo monoplaza, el Mp4-25 de McLaren. Fernando Alonso, que hoy, en Jerez, volverá a ponerse a los mandos del Ferrari F10, se ha convertido en el fichaje estrella de la scuderia de la misma forma que el regreso de Michael Schumacher, a los 41 años, ha disparado la expectación alrededor de Mercedes, que entra en escena con equipo propio después de ser durante 15 años un telonero a la sombra de McLaren. La firma británica, por su parte, volverá a tener metidos en su taller a dos pesos pesados, Lewis Hamilton y Jenson Button, los dos últimos ganadores. "En la fórmula 1 actual, el marketing juega un papel decisivo y seguramente eso ha sido determinante a la hora de fichar a Button", opina Mika Hakkinen, campeón con el equipo de Woking en 1998 y 1999.
Con la pareja de pilotos de 2010, McLaren confirma que sigue a la suya, fiel a su tradición de convertir su garaje en un taller de bombas. Ya ocurrió en el pasado, con Ayrton Senna y Alain Prost, compañeros en 1988 y 1989, y también hace tres años con Alonso y Hamilton. Ron Dennis, que la temporada pasada dio un paso atrás y dejó el manejo del equipo a Martin Whitmarsh, justifica la contratación de Button: "Nuestra filosofía siempre ha sido la de tratar de tener al mejor equipo de pilotos posible, independientemente de su nacionalidad. Uno de nuestros principales objetivos es el de mantener la armonía. No creo que vaya a ser difícil porque los dos son muy inteligentes, tienen mucha experiencia y son muy disciplinados". Hakkinen, sin embargo, no opina lo mismo: "Jenson y Lewis se pelearán dentro de la pista y ya veremos si también lo hacen fuera. La tensión que hay entre ellos se multiplicará cuando el campeonato arranque". Ross Brawn, el director de Mercedes, comparte la opinión del ex piloto. "No secundo la idea de tener a dos superestrellas en un mismo equipo. Eso significa problemas", asegura el técnico británico, que hace un año dio en la diana cuando compró a Honda su división de F-1 por sólo un euro y se la revendió a Mercedes en diciembre pasado por 123 millones.
La aparición como equipo del gigante alemán también puede tener consecuencias para McLaren. Hasta ahora, la marca de Stuttgart no tenía otro escaparate en el Mundial que el hueco que le dejaba la estructura británica. Pero la cosa ha cambiado. Aunque el fabricante de la estrella seguirá equipando con sus motores los monoplazas MP4 hasta 2015, habrá que ver si mantiene el nivel de implicación que demostraba y, en caso de no hacerlo -a finales del año que viene pondrá a la venta el paquete de acciones que posee de McLaren, el 40%-, cómo afectará eso a McLaren, envuelta en incógnitas.
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