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CONFLICTO INSTITUCIONAL SOBRE EL FUTURO DE LAS CAJAS

Campaña en Vigo en un "día histórico"

El alcalde, Abel Caballero, subrayando la campaña de cuñas radiofónicas, repartía por la mañana, en O Calvario, los pasquines que llaman a la movilización del martes "en defensa de la dignidad" de Vigo y por la tarde, bajo la imagen totémica del Sireno, proclamaba que el recurso del Gobierno contra la Lei de Caixas era un éxito de "los miles y miles, los cientos de miles" de vigueses frente al ultraje perpetrado por el PP y el BNG. También el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, lo apreció ayer, pero en la otra cara de la moneda, al evocar las analogías con el Aldraxe: entonces se negaba a Galicia su condición de comunidad histórica y ahora, frente a otras, se la quiere como comunidad sin caja. Fue "un día para la historia" el de ayer, según unos y otros.

Feijóo desbordó el aforo que le habían deparado en el hotel Los Escudos: unas 1.300 personas, sin contar los conselleiros (Rueda, Guerra, Jesús Vázquez), pero sí los cargos del partido en la provincia, desde Louzán a Telmo Martín, y algunos alcaldes de la comarca. Muchos empresarios, singularmente del puerto, y tan notorios como Pierre Ianni, el director de Citroën, o Manuel Fernández de Sousa, presidente de Pescanova, que, mientras se completaba el aforo, departió un buen rato, copando el centro del escenario, con Fernández Alvariño -"Mira, Gayoso", identificó una señora del público-, quien acudió con su señora y aplaudió con mucho entusiasmo a Feijóo, aunque no crea en la caja única.

Con ellos, en las primeras filas, Manuel Rodríguez, de Rodman Polyships, Alfonso Paz Andrade, José María Fonseca, Víctor Moro... Y más desperdigados, profesionales como el arquitecto Salvador Fraga o el núcleo duro de Outro Vigo é Posible: "Nos invitó Corina [Porro, presidenta local del PP], queremos oir al presidente".

Cuando se abrieron las puertas del gran salón, el público entró como en un gran almacén el primer día de rebajas. En 10 minutos se completó el aforo. Feijóo entró con Porro y Guerra y recibió la primera ovación de la noche, mientras estrechaba las manos de la primera fila hasta acabar dando el pésame a Elena González, la presidenta de la federación de vecinos, que hace unos días perdió a su marido.

"Gracias por venir a dar la cara", saludó Porro al presidente desde el estrado. "Representamos la modernidad, la astucia y el espíritu de empresa: no queremos dejar ese liderazgo nunca". Luego el conselleiro de Economía, Javier Guerra, dio el parte técnico de la cuestión. Y Feijóo, con tono pausado y didáctico, remató la faena: "Si no estuviera convencido de lo que digo, no vendría a Vigo", aseguró. Fue muy aplaudido y tuvo que pedir a su público respeto por gritar "¡fuera, fuera!" a un preguntador pejiguero que le acusó de hablar mal el gallego y de haberse casado con el Norte. "No puedo entender que se distinga entre el norte y el sur de una señora", respondió para general regocijo.

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