La otra dimensión de Iniesta
El barcelonista, en su mejor momento futbolístico, gestiona ahora su valor publicitario
"¡A ver si sales de la cueva y te da el sol!", bromeó Luis Enrique cuando le vio en el vestuario por primera vez, blanco como era y sigue siendo. Andrés Iniesta tenía 16 años, jugaba en el filial y se entrenaba con los mayores. Era el año 2000. Había de pasar temporada y media para que el 29 de octubre de 2002 Louis Van Gaal le diera la alternativa en la primera plantilla en un partido de la UEFA en Brujas. El 22 de diciembre, en Mallorca, debutó en partido de Liga. Hoy, contra el Getafe en el Camp Nou (20.00, Canal + Liga y Gol TV) jugará su partido número 200 en Liga. Lleva 12.679 minutos en Primera, hace tiempo que se ha hecho mayor y vive un momento dulce. "Está como un tiro", sostiene el cuerpo técnico del Barcelona, que da por hecho que el jugador atraviesa el pico más alto de su carrera, en lo personal y en lo futbolístico. "Ha entrado en otra dimensión", señalan en el vestuario.
El medio se ha hecho un hueco entre las estrellas mediáticas casi sin pretenderlo
Una empresa le ha personalizado un plan de gestión de imagen y las marcas le buscan
Tras un inicio complicado anímicamente, las analíticas de Iniesta demuestran que físicamente está mejor que nunca. "Su alegría se nota. Es un jugador de otro nivel", dijo ayer Guardiola. La eliminación azulgrana en la Copa le da más tiempo para mantener su tono muscular en el gimnasio. Jugador más resistente de lo que parece, según los preparadores, Iniesta se cuida tanto que cuando se va de cañas con sus amigos de Estopa bebe Fanta de naranja.
Él se reconoce fino: "Preferiríamos estar jugando la semifinal de Copa, pero se nota, ahora podemos recuperar y desconectar". Su agenda lo agradece. Iniesta se ha hecho un hueco entre las estrellas mediáticas casi sin pretenderlo, pero donde otros lucen imagen y abdominales, él tira de regate, control y pase. A Iniesta, el día que la alegría le llevó a quitarse la camiseta en Stamford Bridge en la pasada semifinal de la Liga de Campeones , se le recuerda gritando el gol con una camiseta imperio. Ese día no miró a la cámara sino que buscó entre los abrazos a un compañero para recordarle que le había ganado una apuesta, según ha confesado en el documental Informe Robinson que emitirá Canal +. Un detalle que remite a su conciencia de grupo.
Al centrocampista le ha bastado con su juego para ser quinto en la elección del FIFA World Player, broche y final a un año excepcional, resumido en el libro Un año en el paraíso. Así lo vivió Iniesta, decisivo en los seis títulos del Barcelona de Guardiola en 2009. Por su rendimiento, Nike ha apostado fuerte por él y ha sido escogido responsable del lanzamiento mundial de las nuevas botas, que estrenará antes que ningún futbolista. Con el diseño personalizado de un plan de gestión de imagen, ha asumido un salto cualitativo importante en su relación con los medios. También ha despertado interés publicitario, porque le buscan las marcas: por incompatibilidad con intereses del Barcelona ha rechazado ofertas de una marca de automóviles, pero está a punto de cerrar acuerdos comerciales con empresas del ramo de la alimentación y la electrónica. Mientras, Iniesta estudia fórmulas para activar campañas de ayuda a niños necesitados, más allá de su actual colaboración con la ONG Tomando conciencia.
En el campo, su jerarquía ha crecido. "Cuando se junta con Messi y Xavi no hay quien nos pare", reconocen en el cuerpo técnico azulgrana. "Está a un nivel espectacular", resume Piqué. "Lo mejor de él es la humildad", señala Bojan. Y Valdés, su gran amigo, dice haberlo avisado: "No me hacían caso, pero a mí no me sorprende el nivel al que está jugando Andrés. Y espérate...". "Nunca baja del ocho. Juegue donde juegue, su aportación no baja del notable. Pero últimamente se le ve con chispa, gira muy rápido...", describe Xavi, su pareja en el centro del campo. "Su nivel más bajo es mucho más alto que el de la media. ¡Pero nos tiene tan acostumbrados a verle hacer barbaridades!", añadió ayer Guardiola.
Pese a que su piel sigue siendo muy blanca, cuestión de pigmentación, hace tiempo que Iniesta ha salido de la cueva. Pasó por el paraíso y, después de varios problemas físicos al inicio de esta temporada, ahora vive en otra dimensión.
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