El Madrid, sin ideas
Los de Messina pierden ante el Maccabi in apenas oponer resistencia
No es éste el temible Maccabi que asustó a Europa años atrás con su buen juego. Ni el mismo que consiguió dos Euroligas bajo la batuta de Jasikevicius y Anthony Parker. Ni siquiera el que, dos años atrás, disputó la Final Four. Pero ayer, con un juego ramplón, pero basado en sus estrellas, consiguió llevarse el clásico europeo a costa de un Madrid desdibujado y superado (81-76). En ningún momento el conjunto de Ettore Messina dio la sensación de querer arrancar una victoria en La Mano de Elías, un resultado que casi le habría clasificado para los cuartos de final. La sombra de Felipe Reyes, lesionado, fue alargada.
En los primeros compases del encuentro, el Madrid conseguía ligeras ventajas ante un flojo Maccabi, que volcaba sus opciones en el lanzamiento exterior. El Madrid, sin embargo, se contagió de la anarquía israelí desde el perímetro para convertirlo en su única arma, hecho que aprovecharon los de Tel Aviv para estrechar diferencias amparándose en el acierto en el tiro de dos de sus dos estrellas, Chuck Eidson y Alan Anderson. El empate a 18 que reflejaba el marcador al término del primer cuarto era el primer síntoma del lento pero progresivo desplome blanco.
MACCABI ELECTRA 81 - REAL MADRID 76
Maccabi Electra: Andrew Wisniewski (2), Chuck Eidson (18), Alan Anderson (20), Guy Pnini (2) y D'Or Fischer (14) -quinteto inicial-; Bluthenthal (9), Green (1), Lasme (8), Limonad (0), Perkins (7) y Sharp (0).
Real Madrid: Pablo Prigioni (5), Marko Jaric (9), Rimantas Kaukenas (17), Novica Velickovic (9) y Darjus Lavrinovic (13) -quinteto inicial-; Sergio Llull (5), Louis Bullock (0), Sergi Vidal (0), Travis Hansen (0), Vladimir Dasic (0), Jorge Garbajosa (12) y Ante Tomic (6).
11.500 espectadores en el Nokia Arena de Tel Aviv.
De repente, el partido se convirtió en un bucle del que el Madrid no supo salir y para cuando lo logró ya era demasiado tarde. Messina decidió dar entrada a Ante Tomic para que el gigante croata castigara a sus pares, mucho más bajos aunque roqueños. Fracaso. Lasme, pívot del Maccabi, se convirtió en el dueño de la zona, que además acompañó con las acometidas de Anderson y Eidson para iniciar el despegue definitivo al filo del descanso. Sólo Velickovic tenía respuestas (41-34).
En la reanudación, Kaukenas tomó las riendas del Madrid y con nueve puntos casi consecutivos recortó las distancias. Pero cuando se le acabó la inspiración llegó la desidia blanca. Un parcial de 10-0 acabó por abrir un abismo insalvable entre ambos conjuntos. El Madrid, con anemia por carácter, siguió insistiendo infructuosamente en el perímetro para paliar la hemorragia anotadora abierta por Anderson, que, tras anotar tres tiros libres, colocó la máxima ventaja en el electrónico (59-47, minuto 28).
El resto se convirtió en un quiero y no puedo del Madrid, que se movió entre los ocho y los diez puntos de diferencia y sólo consiguió inquietar al Maccabi cuando, a falta de minuto y medio para el final, Marko Jaric anotó un triple que acercaba a cuatro a los madridistas. En la siguiente jugada, la réplica de Perkins cercenó las ilusiones blancas. El 81-76 final no refleja las diferencias de un equipo, el de Messina, que no encontró respuestas cuando se vio abajo.
Con este resultado, el Madrid se coloca segundo del Grupo F, que lidera el Efes Pilsen.
En el H, el Caja Laboral alcanzó el segundo puesto tras superar al Cibona en Zagreb por 75-78.
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