Orgullo de padre ladrón

"Enhorabuena. Lo habéis hecho muy bien". Antonio, el patriarca del clan Carmona, felicitó a los agentes que le detuvieron. Es lo que más recuerda la policía de la investigación que ha podido llevar a la cárcel a toda una familia dedicada a atracar bancos y comercios. Eso, y el orgullo de un padre por el futuro de uno de sus hijos. "Es un crack, una promesa". Con sólo 17 años parece destinado a repetir el historial de su progenitor, plagado de antecedentes penales, estancias en la cárcel y últimamente una larga de serie de robos perpetrados con la ayuda de su compañera sentimental, su prole y la novia de uno de sus vástagos.

A los responsables de la Comisaría Provincial de Cádiz les traía de cabeza una oleada de atracos ocurridos desde finales de octubre del año pasado en sucursales bancarias del entorno de la bahía gaditana. Habían actuado en entidades financieras de Puerto Real, Jerez, Cádiz y San Fernando. Después se ha sabido que también están relacionados con otros atracos cometidos en Jaén, y se investigan otros delitos similares cometidos en la zona de Levante.

"El de 17 años, es su hijo favorito, sigue sus pasos, piensa que es un crack"

El clan tiene orígenes jiennenses. El cabecilla empezó joven a perpetrar robos de todo tipo por su provincia, Córdoba y Extremadura. Dejó varios hijos en este camino delictivo, que derivó en su paso por prisión varias veces. Llegó a pasar en la cárcel más de una década.

A su salida, ya algunos de sus hijos eran mayores, al menos, lo suficiente como para acompañarle en algunas de sus nuevas actuaciones. Con su compañera sentimental y cuatro hijos, de 23, 20, 17 y 16 años, además de la novia de uno de ellos, organizó una especie de banda familiar con la que actuaron en, al menos, 16 entidades financieras de Cádiz, según la investigación dada a conocer por la policía la pasada semana.

Estas Navidades volvieron a Jaén, donde actuaron en fechas señaladas como Fin de año o el Día de Reyes. Consiguieron cantidades suficientes para repartirse buenos regalos. "Estaban muy organizados. Usaban pasamontañas, gorras, gafas y guantes", detalla el jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Cádiz, Teodoro Fernández. En alguna ocasión, las cámaras de seguridad les pillaron sus rostros.

La colaboración de todos era fundamental para no ser capturados. Las mujeres eran las encargadas de supervisar cada sucursal y pasar la información a los hombres. También de facilitar la huida. Ellos eran los que ejecutaban los robos. Según el relato de los investigadores, Antonio era el que organizaba cada atraco. También era el que dirigía la operación desde dentro.

Entraban tapados con pasamontañas, llevaban pistolas de fogueo y amenazaban verbalmente a todos los presentes. Sus actuaciones eran rápidas. Por eso nunca se llevaban grandes botines. Nunca esperaban a abrir las cajas fuertes. La policía calcula que en estos 16 asaltos se llevaron unos 60.000 euros, aunque sólo se han podido recuperar los 22.000 del robo frustrado en un banco en El Puerto de Santa María. Entonces, los agentes ya habían identificado al cabecilla de los Carmona y le seguían los pasos. Fueron arrestados en su domicilio de Jerez. Fue entonces cuando el padre felicitó a los policías que acudieron a detenerle. "Habéis hecho un buen trabajo. No me había dado cuenta del dispositivo de vigilancia".

Los más jóvenes del clan serán juzgados por un juez de menores. El de 17 se llevaba todos los elogios de Antonio. "Es su hijo favorito, sigue sus pasos, piensa que es un crack y una joven promesa", explica uno de los inspectores encargados de la investigación. La particular herencia de los Carmona.