La Bolsa puede subir más, pero véndame un depósito
Mejora la confianza de los inversores, según J. P. Morgan AM
Los pequeños inversores están hechos un lío. La Bolsa sube cerca de un 70% desde marzo pasado y muchos de ellos se han perdido el rebote. La economía real está lejos de salir del agujero y cuesta entender cómo en un entorno tan sombrío los mercados de valores pueden disfrutar de semejantes revalorizaciones. El ser humano, y más si éste es inversor, suele tener comportamientos gregarios, y ahora toca ser más optimista con la renta variable. La comparación entre el rendimiento reciente de las distintas clases de activos no deja mucho margen para decir lo contrario. La recobrada fe bursátil, sin embargo, se queda en palabras. Los hechos de los ahorradores siguen anclados en estrategias conservadoras.
Ocho de cada 10 ahorradores cree que la crisis aún durará un año o más
Éstas son las principales conclusiones de la décima oleada de la Encuesta de Confianza del Inversor de J. P. Morgan Asset Management que publica EL PAÍS, y que corresponde al periodo comprendido entre los meses de octubre y diciembre pasados. Es cierto que el número de inversores pesimistas -aquellos que creen "probable" o "muy probable" que los mercados caigan en los próximos seis meses- disminuye con respecto a oleadas anteriores, situándose en el 24,5% de los encuestados frente al 29,4% del trimestre anterior. Pero este movimiento no implica que los ahorradores se pasen automáticamente al bando de los optimistas, sino que muchos se recolocan en el grupo que considera que los índices se mantendrán en los niveles actuales dentro de seis meses. Los optimistas -ven "probable" o "muy probable" alzas adicionales en los mercados- representan el 28,4% del total frente al 26,4% de la oleada anterior.
Esta visión del mercado por parte de los ahorradores se traduce en un repunte del índice de confianza del J. P. Morgan AM. Este indicador abandona el terreno negativo y se sitúa en 0,52 puntos, su nivel más alto en dos años. Este optimismo, sin embargo, queda descafeinado si se observan otras respuestas que incluye la encuesta. A la pregunta de cuáles son los productos en los que probablemente invierta en el primer semestre, los inversores se decantan en un 65,4% de los casos por activos sin riesgo (depósitos, libretas o cuenta de ahorro). La preferencia por estos productos, a pesar del rebote bursátil y de los bajos tipos de interés, sube en esta oleada frente a trimestres anteriores. El segundo producto más demandado son los planes de pensiones (15%) y después, a gran distancia, los fondos de inversión (3,5%). Sólo el 1,6% asegura que comprará renta variable.
Otro dato que sugiere que el miedo sigue instalado en el cuerpo de los inversores es que el 52,2% de los encuestados afirma que lo que más sigue valorando a la hora de invertir es "no perder dinero". El 30,5% señala que está dispuesto a sacrificar menos rentabilidad a cambio de cierta seguridad, y sólo el 17,3% dice que su máximo objetivo es "conseguir la máxima rentabilidad".
Los inversores siguen viendo el mayor potencial de subida en la Bolsa estadounidense, ya que creen que será la economía que primero salga de la crisis, seguida por los mercados europeos. En el caso del mercado español, sólo el 11,5% cree que será el que más avance entre enero y junio. Los mercados emergentes fueron los que más subieron en 2009, pero los inversores no creen que vuelvan a encabezar las alzas en 2010.
En 2009 se vivió una clara dicotomía entre el comportamiento de la economía real y la evolución bursátil. Los inversores creen que esta situación se mantendrá en 2010. Mientras repunta la confianza en la evolución de los mercados financieros, 8 de cada 10 encuestados no cree que se deje atrás la crisis económica antes de un año.
Precisamente la crisis económica es el evento que más tienen en cuenta los ahorradores a la hora de tomar sus decisiones de inversión, seguida muy de cerca por la evolución de los tipos de interés y del Euríbor. -
Asumir más riesgo
Tras una recuperación histórica de los mercados en la segunda mitad de 2009, el arranque de 2010 está siendo titubeante. Manuel Arroyo, director de inversiones de J. P. Morgan Asset Management, reconoce que será difícil que se repitan las rentabilidades del anterior ejercicio, pero matiza que esto no quiere decir que no vuelva a ser un buen año para los activos de riesgo. Este experto basa su argumentación en tres razones: el entorno económico está mejorando, las empresas no deberían tener problemas para mantener los costes bajo control y crecer en beneficios, y las valoraciones no son excesivas.
"Es cierto que aún hay mucha incertidumbre, riesgos de que este escenario no se cumpla y una serie de desequilibrios que tardarán años en solucionarse, pero las primas de riesgo de estos activos son razonables y las alternativas son muy limitadas", explica. En consecuencia, la gestora mantiene una posición sobreponderada en renta variable (primando los mercados emergentes, fundamentalmente Asia, y también EE UU), en deuda corporativa de menor calidad (high yield) y también en bonos convertibles. Estos últimos se caracterizan por tener un perfil asimétrico de riesgo, participando de la subida de la Bolsa, mientras que ofrece protección en caso de que ésta corrija.
"Lo que parece claro es que este año, para generar una rentabilidad positiva, vamos a tener que asumir más riesgo que el pasado, y, además, la recompensa probablemente será menor", señala Arroyo. Desde J. P. Morgan AM no creen que los principales bancos centrales tengan necesidad de subir los tipos hasta finales de 2010. En el mercado de divisas consideran que el dólar está claramente infravalorado frente al euro. -
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