Cesc, por encima de todos
El capitán del Arsenal suma 11 goles en la 'Premier', es líder de asistencias, gobierna con firmeza el vestuario y despierta la admiración de la crítica
El árbitro señaló el inicio del partido y Fabrice Muamba, un armario del Bolton (1,90 metros), le tiró el aliento a la cara. Cesc Fábregas (Barcelona, 1987), centrocampista del Arsenal, se lanzó al ataque y Muamba le persiguió. Cesc se detuvo, se desentendió de la jugada; Muamba, también. "Me hizo como Chico [Almería] a Xavi. No dejaba que me moviera. Intentó que fuera un aburrimiento de partido", argumentó el medio del Arsenal; "así que me moví como un loco. Iba a las posiciones de Arshavin, de lado a lado. Pensé que no iba a jugar para mí, sino para los otros". Y funcionó. Cesc volteó el partido. Dio un pase de gol a Rosicky y marcó otro. El Arsenal, al final, venció por 4-2 y ya es líder de la Premier, con permiso del Chelsea, con los mismos puntos, pero con un partido menos. Cesc, por encima de todos.
"Ha mejorado en la carrera, el pase largo y el golpeo con la zurda", dice Wenger
Desde hace tiempo, Cesc es pieza capital en el Arsenal. No sólo ha roto todos los récords del club -como el de precocidad en defender la elástica gunner [contra el Rotherham United, en la Copa de la Liga, en octubre de 2003] o el de marcar un gol [ante el Wolverhampton, en el mismo torneo, en diciembre de ese año]-, sino que lleva el brazalete desde hace un año y medio. Y manda de lo lindo. "Es el capitán", le concede Arsène Wenger, el técnico del Arsenal y su principal valedor. Por eso lleva 255 partidos como gunner y 43 goles, además de los 47 encuentros y cinco dianas con la selección española.
Cesc nunca se ha callado. Si en 2007 se metió con el técnico Mark Hughes -"¿usted jugó en el Barça?, pues nadie lo diría", le soltó en referencia a las patadas y el poco fútbol que practicó el Blackburn en el partido-, ahora, con más peso en la Premier y en el Arsenal, asume los galones. Al principio del curso, negoció con la directiva las primas a percibir por el equipo. Poco después criticó a la dirección deportiva y exigió un fichaje de renombre. "El Chelsea es normal. Pero tiene a Drogba, al mejor delantero del mundo. Nosotros tenemos que contratar a alguien así", dijo con descaro. Le respondió Wenger con inspiración: "Cesc tiene un talento excepcional para todo. El secreto es que nunca está satisfecho con lo que tiene". Y tampoco tembló el centrocampista al contar un secreto del vestuario después del duelo con el Liverpool. "En el descanso, el mister gritó y nos dijo que no merecíamos llevar la camiseta", reveló. Pero si Cesc tiene carta blanca en sus comentarios es porque también absorbe todas las responsabilidades sobre el césped.
El 4 del Arsenal recoge la pelota en su campo y, en muchas ocasiones, pone el punto final a las jugadas del equipo. Por eso en esta temporada suma 11 goles en la Premier -el séptimo en la tabla y sale a 0,61 por partido- y tres en la Champions. En el apartado de asistencias tampoco tiene parangón: es el líder de la competición nacional con 13 pases de gol, cuatro más que Giggs (Manchester United) y Lennon (Tottenham), y cuenta otros dos en Europa. "Estoy más arriba en el campo", conviene el futbolista; "ahí puedo hacer daño porque tengo la posibilidad de dar el último pase o chutar a portería". Desde su entorno más próximo dan otra pista: "Cuando salió del Barça, era un cuatro made in Cruyff. No tenía tanta pegada. Ahora, sin embargo, es más completo y ha evolucionado. Además, tiene la suerte de que Wenger le hace jugar a su aire". El técnico recoge el testigo: "Cesc nos da todo en el centro del campo. Y si juega unos pasos más adelantado es porque ya es más fuerte defensivamente que hace tres años y roba el balón en posiciones adelantadas".
Para Cesc, en cualquier caso, no acabó demasiado bien el ejercicio anterior, fuera de las alineaciones titulares de la selección española -"quiero jugar más", planteó- y con las alarmas antiincendio de su casa a todo trapo porque se le quemó algo mientras cocinaba. Pero desde que se ubicó en la zona de los tres cuartos no falla. "Ya he superado el problema de los isquiotibiales de principios de temporada y me encuentro muy bien físicamente. Muy fuerte", explica. "En las últimas fechas ha mejorado en la carrera, en el pase largo y en el golpeo con la zurda", apostilla Wenger.
Escogido como mejor jugador de la Premier en octubre y noviembre, pocos futbolistas parecen alcanzar su nivel actual. Los partidos de esta temporada se cuentan por espectáculos -ante el Tottenham, Everton, Portsmouth, Wigan, Blackburn, Aston Villa, Bolton...- y nadie rinde a su altura, por más que el Chelsea doblegue a los rivales sin apenas despeinarse. Es un bloque. El Arsenal, sin embargo, es Cesc. "Le queda mucho por dar y mejorar", advierte Wenger, "como en el juego aéreo". En el plano humano, sin embargo, también da lecciones. Ayer ingresó una cantidad de dinero importante para ayudar a los afectados por la tragedia de Haití.
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