El gallego del Dakar no se rinde
José López Rivas no completó el rally, pero volverá a intentarlo el año que viene
Lejos de las disputas entre los gallitos del rally París-Dakar por alcanzar la gloria en la competición automovilística más exigente del mundo, el piloto lucense José López Rivas acaba de cumplir su tercera participación en la prueba en la que no ha podido alcanzar su gran objetivo: llegar con su coche al destino final. Esta vez parecía a punto de conseguirlo porque había hecho lo más difícil, pasar las duras etapas que transcurrían por el desierto chileno de Atacama. Sin embargo, una avería mecánica en la novena escala le impidió culminar su sueño. "No importa. El año que viene volveré a participar con el objetivo de llegar al final y la experiencia increíble que supone participar en esta prueba no me la quita nadie", indica López Rivas.
El Mitsubishi con el que participó este año está valorado en 150.000 euros Tardaron media hora en descender, de noche, una duna de un kilómetro
Se ha especializado en diseñar circuitos de karts para centros comerciales
Aunque en otras ediciones ha habido participantes gallegos, en esta oportunidad López Rivas ha sido el único representante de la comunidad autónoma en una prueba que acaba de celebrar su segunda edición en territorio suramericano y de la que todavía se desconoce cuál va a ser su escenario para el año próximo. Frente a la opinión de otros corredores, el piloto lucense no cree que el Dakar haya perdido parte de su esencia por celebrarse fuera de África. "Tal vez el año pasado había algunas dudas por ser la primera vez pero ya en aquella edición el recorrido fue muy duro y esta vez ha pasado algo similar. El Dakar sigue siendo una aventura extrema. Personalmente me gustaría volver de nuevo aquí el año que viene. Con lo que pasa en África en estos momentos creo que los participantes del Dakar seríamos carne de cañón para los terroristas", explica López Rivas.
Si a alguien se le ocurre participar como piloto de coches privado en el Dakar lo mejor es que cuente con una cuenta corriente bien nutrida o con patrocinadores muy generosos. Sólo el Mitsubishi con el que participó López Rivas este año está valorado en unos 150.000 euros, a los que hay que sumar una cifra similar para cubrir el total de gastos que supone participar "con lo justo". El equipo ha contado con el patrocinio del Xacobeo y con la colaboración de la Diputación de Pontevedra, Deporte Galego y el Ayuntamiento de Sanxenxo. "Con lo justo" significa que hay que compartir costes con otros equipos privados para hacer cosas como utilizar entre varios un transporte que lleva los repuestos para cambiar piezas a lo largo de la competición. "De los diez equipos privados que compartíamos el camión este año sólo dos pudieron terminar la prueba", señala López Rivas.
Las anécdotas durante el recorrido son innumerables. El piloto gallego destaca que una de las ventajas de no competir por el triunfo es poder hacer cosas como ayudar a un compañero en apuros, aunque esto suponga descender muchos puestos en la clasificación. En la edición de este año perdió más de cinco horas por remolcar al holandés Tim Coronel que había roto la transmisión de su vehículo. "Doy por bien empleado el tiempo que perdí por ayudar a un amigo. Da la casualidad de que luego él consiguió terminar la carrera y nosotros no, pero ésas son las cosas que hacen grande una prueba como el Dakar".
Otro de los momentos fuertes de esta edición fue cuando el coche de López Rivas y de su copiloto Joan Rubí tuvo que afrontar un descenso vertiginoso desde lo alto de una duna de más de un kilómetro de longitud. "Tuvimos que hacerlo de noche porque nos habíamos perdido y tardamos media hora en conseguirlo. Fue una experiencia increíble pero en algún momento pensaba que íbamos a acabar rodando con el coche por la pendiente", comenta el piloto lucense.
López Rivas es veterinario de formación aunque desde hace años se dedica al diseño de circuitos de karts. La instalación París-Dakart que se encuentra en Sanxenxo fue su primera experiencia en este mundo hace ya veinte años. El piloto ha trabajado en once países y se ha especializado en circuitos de karts para centros comerciales. Su participación en el Dakar también le permite hacer contactos comerciales para esta actividad, que incluye el diseño de protecciones para circuitos que pueden llegar a emplearse también en carreteras.
El público ha sido una de las grandes noticias de esta edición, especialmente en las etapas que han transcurrido por tierras argentinas. "Los argentinos son muy aficionados a los coches y han vivido el rally con mucha pasión", comenta el piloto, que tiene claro que el año que viene volverá a estar en la línea de salida en África, en Argentina o en cualquier otro lugar. Todo para poder cumplir su sueño de terminar la prueba, sea en el puesto que sea.
"Hasta que consiga acabarla no voy a parar". promete. "Haríamos historia. Sería la primera ocasión que un piloto gallego logra este objetivo".
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