"Hemos sufrido innecesariamente"
Por mucho que el Atlético sumase la tercera victoria oficial en una semana de gloria, en la que el equipo recobró el ánimo con 12 goles y una versión más mejorada, Quique Flores sigue sin disfrutar de un día apacible en el banquillo. "No jugamos bien en la primera parte y hemos sufrido innecesariamente al final. Ha sido muy extraño. En una jugada de ataque hemos perdido el balón y ha llegado el segundo gol del Sporting. Pero seguimos recuperando la inercia y el estado de ánimo", expuso el técnico, que defendió a Asenjo por perder los papeles en el primer gol del cuadro asturiano: "Tiene 19 años. Ninguno de los grandes porteros de ahora, como Casillas, Reina o Valdés, han llegado a serlo sin tener errores brutales en su juventud".
Si Asenjo la pifió, Assunção se redimió a la primera de su actuación en la remontada copera frente el Recreativo. El pivote brasileño firmó el 2-1 en un contragolpe de dibujos animados. El Calderón se quedó sin palabras. A fin de cuentas, el destructor no marcaba desde el 7 de diciembre de 2003 con el Nacional de Madeira. "Entonces recogí la pelota en mi área y me fui de todos los rivales que me salieron al paso... Pero ya hace mucho que pasó", restó importancia Assunção. "Paulo es una pasada de persona y de futbolista que merecía un premio como el gol. El otro día el fútbol fue injusto con él y le pegó una bofetada, pero hoy le ha recompensado", apuntó Quique.
Más alborozado todavía correteaba de un lado a otro Ibrahima. "Cuando marqué el tercer gol, no era yo mismo. Me quité la camiseta por la rabia que sentía. Me acordé de cuando seguía los partidos de Europa desde mi casa en Senegal y los veía como un sueño", contó el canterano, que insistió en que su nombre es como es, Ibrahima, "con la a al final".
La alegría de Ibra llegó tras la desgracia de Forlán, que anotó su octavo gol y se hizo papilla el tobillo izquierdo en una disputa del balón. Incapaz de poner el pie en el suelo por el dolor, un operario le bajó en brazos al vestuario. El parte médico reveló que padece un traumatismo y un esguince de la articulación de grado I-II, lo que supone de una a dos semanas de baja y, en principio, le impediría disputar la ida de los cuartos de la Copa, el jueves, contra el Celta, por mucho que se resistiera Quique: "No está descartado para el próximo encuentro. Tiene el tobillo inflamado, pero habrá que ver su evolución".
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