"Siempre hemos tirado el uno del otro"
Iker Martínez (San Sebastián, 1977) y Xabi Fernández (Ibarra, Guipúzcoa; 1976) viajan hoy al norte de Francia. Sin tiempo para descansar tras ganar hace una semana su tercer Mundial de la clase 49er, los dos veces medallistas olímpicos preparan ya su próximo reto, la Barcelona World Race, que comienza a finales de este año. Los regatistas vascos pasarán tres meses solos en un barco. Nada nuevo para una pareja que lleva 12 años juntos.
Xabi. ¡Doce años! Nos conocimos de chavales, con ocho o nueve años, en las regatas de barcos pequeños. Íbamos con nuestros padres. Hemos crecido juntos en torno al mar. Ni pensábamos dedicarnos a esto porque entonces no había gente que viviera de la vela.
Iker. Podemos decir que los malos momentos siempre han sido sólo deportivos, no personales.
X. Han sido 12 años que se han pasado volando. No hemos parado. Éramos dos chavales de 20 años obsesionados con ir a unos Juegos y ahora tenemos treinta y pico, nos hemos casado, yo tengo un chaval y viene otro, Iker va a ser padre... Ha cambiado todo, pero siempre desde una rutina de entrenamiento, sin parar.
I. El secreto es llevarnos bien y que nos salgan las cosas. Si vas mal, por muy amigo que seas, no tienes resistencia para aguantarlo, nos dedicaríamos a otra cosa. Nosotros hemos triunfado llevándonos bien. Sin eso, sería imposible. Y eso que muy parecidos no somos, la verdad...
X. No, pero nos gusta entrenarnos, hacer deporte, darlo todo navegando. Tan diferentes tampoco seremos, pero sí es verdad que no somos del todo iguales. Es necesario que sea así. Si fuéramos idénticos, esto no funcionaría.
I. Yo no me aguantaría a mí mismo, seguro. Una de las cosas que nos ha ayudado día a día es pensar que tu pareja está haciendo todo lo posible. Yo no me he ido nunca a dormir pensando que Xabi no ha hecho todo lo que podía, y a la inversa también. Si esa base falla, porque no nos apetece, hasta aquí hemos llegado.
X. Un cambio es lo último que quieres. Navegar ahora con otro o dejar el 49er es un paso atrás enorme.
I. Nos complementamos. Xabi es más pausado y paciente. Yo, más nervioso, más espontáneo.
X. Si los dos fuéramos tranquilos, en momentos en los que hay que ponerse las pilas y sacar más mala hostia igual habríamos sido grandes amigos, pero no habríamos ganado nada. Si los dos fuéramos como él, igual nos habríamos mandado a la mierda uno al otro hace mucho tiempo. Iker es más soñador. Yo, más calmado. Y tenemos la suerte de discutir realmente poco.
I. Si echas cuentas de los roces que hemos tenido en 12 años, son muy pocos. Discusiones fuertes no hemos tenido. Es sorprendente porque sería lo más lógico.
X. Es lo que le pasa a gente de nuestro alrededor. Están a un gran nivel, dejan de aguantarse, el rendimiento cae en picado y tienen que separarse. Hay algunos que no se pueden ni ver. Hay grupos humanos que se llevan fatal, como los portugueses.
I. Hacemos algo que nos gusta mucho.
X. Todo eso, con un gran sacrificio personal. Antes éramos chavales y no nos importaba estar fuera todo el tiempo que fuese. El freno de muchos deportistas no es la edad ni el físico, sino que te cambian las prioridades.
I. La vida familiar es una adversidad que choca con lo deportivo, pero hay que hacerla compatible, y puede ser tan importante como que el barco corra.
X. Es que, además, a los dos nos apasiona el deporte. Si para perder peso, hay que machacarse en bicicleta, mejor. No podemos vivir sin la adrenalina, sin un reto... Yo, sobre todo, destaco de Iker el talento que tiene.
I. Xabi es conocido por todos por su capacidad de sufrimiento. No puedes ser un blando.
X. Y la nota conjunta es que siempre hemos tirado el uno del otro hasta llegar hasta aquí. Ahora, los chavales que vienen ven que hay algo detrás en la vela.
I. Así hemos funcionado y así seguiremos. Nos planteamos retos a corto plazo: seis meses, un año. Nuestra frase siempre ha sido El plan es hacer el plan. La prioridad siempre ha sido la vela olímpica. Ahora, los Juegos de Londres. Después de Pekín quisimos cambiar de clase, pasar al Tornado, pero la quitaron y decidimos estirarnos en el 49er. ¿Sueños? Ganar una Vuelta al Mundo y participar en la Copa del América.
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