La Copa, a sólo tres regatas y pendiente de la novena demanda
El Alinghi y el Oracle rompen las negociaciones para ampliar la competición
A menos de un mes para que arranque la Copa del América los equipos rompieron ayer las negociaciones para acordar una prueba al mejor de cinco o siete regatas, en lugar de a tres, como marca el documento fundacional de la competición, el Deed of Gift. Sus reuniones estos últimos días en Singapur no han llegado a buen puerto, como ha ocurrido desde que nada más finalizar la 32ª Copa el Oracle presentara la primera demanda contra el Alinghi. Aún hoy, una novena demanda dibuja un interrogante en el futuro.
Sí, las dos embarcaciones que se batirán en duelo en aguas valencianas por la 33ª Copa del América ya están en el puerto de Valencia. Sí, la competición náutica más antigua y prestigiosa se celebrará, por segunda vez consecutiva, en esta ciudad, pase lo que pase en las próximas semanas. Pero los sindicatos rivales, el Alinghi -el defensor del título- y el BMW-Oracle -el desafiante- siguen enzarzados en una discusión interminable que les impide llegar a ningún acuerdo y les lleva una y otra vez a los tribunales.
Barberá confiesa que se "había hecho ilusión de tener más regatas"
Tras la demanda del Oracle, la validez de la prueba está en el aire
Según la sentencia de abril de 2009, las regatas empezarán el 8 de febrero. Si bien, el eterno desencuentro entre los mandamases de ambos equipos ha impedido que la Copa dure más de una semana, para ofrecer un mayor espectáculo deportivo y mejores alicientes a la ciudad que se lo dio todo esta vez, prácticamente, a cambio de nada.
Aunque las instituciones valencianas -el Gobierno autonómico y el Ayuntamiento y el Ejecutivo español no han pagado ningún canon esta vez por acoger la competición (para la 32ª edición, en 2007, se pagaron 90 millones a la empresa organizadora), sí han dispuesto todo cuanto es necesario para que las regatas se celebren en Valencia (la dársena ha permanecido intacta e inactiva durante los casi dos años y medio de litigio) y han ofrecido todas las facilidades a ambos equipos (beneficios fiscales, por ejemplo).
Las instituciones, por boca de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, trataron en balde de presionar a los dos equipos para que esta 33ª edición, ya de por sí extraña y apática por la ausencia de regatas previas y la no participación de más equipos, se prolongara en el tiempo. Si en lugar de a un máximo de tres regatas, la competición náutica se celebrara a un máximo de cinco o siete se dotaría de mayor espectacularidad al duelo y resultaría más atractivo para los valencianos y para los amantes de la vela, ya que abarcaría entre uno y dos fines de semana. Con solo tres regatas, como máximo, y siempre que no haya que aplazarlas por problemas meteorológicos, la competición arrancaría un lunes y acabaría el viernes de la misma semana.
Barberá no ocultó ayer que su equipo de gobierno se había "hecho ilusión de poder tener más regatas y de que fuera en primavera". No será así. Y a pesar de ello, la edil insistió en que la regata será "insólita y espectacular".
Entretanto, los equipos siguen con su pelea particular. Y con ello no despejan las incógnitas en torno a la competición. Si, tras la última demanda del Oracle los tribunales no dictan sentencia antes de que arranque la prueba, el resultado final podría quedar invalidado. Los norteamericanos han llevado otra vez al Alinghi a los juzgados neoyorquinos al asegurar que utilizan velas que no están fabricadas, según las normas, en su país de origen, Suiza, lo que el defensor desmiente. Además, uno y otro se culpan mutuamente sobre la ruptura de las negociaciones en Singapur. Los suizos argumentan que fueron los estadounidenses quienes abortaron unilateralmente las negociaciones con su última demanda. Los segundos, en cambio, señalan al defensor por no firmar en el último instante una propuesta que ellos mismos habían redactado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.