Casi el mejor Nadal
El español, que tuvo dos puntos de partido, pierde contra Davydenko una gran final en Qatar
Hay derrotas que emiten señales para el optimismo: Rafael Nadal perdió ayer 6-0, 6-7 (8) y 4-6 la final del torneo de Qatar contra el ruso Nicolay Davydenko, pero volvió a mostrar un altísimo nivel de juego, a un centímetro de su mejor versión, lo que le llevó a disfrutar de dos puntos de partido. No los aprovechó, y cuando se marchó a la caseta, derrotado y quizás pensando en su gestión de los momentos clave -gozó de break de ventaja en la tercera manga, perdió el partido con su saque y no cerró el debate en el tie-break tras superar un puñado de puntos de set en contra- lo hizo siendo dueño de una estadística dolorosa: había ganado más puntos que su rival (98 a 92) pero había perdido la opción de vencer su primer torneo desde mayo de 2009.
"Es muy importante llegar a la final", dijo Nadal el sábado. "Demuestra que mi preparación para defender el título en Australia está en el camino correcto".
Davydenko, el número seis y verdugo de Roger Federer, estuvo a la altura de su currículum. El español arrancó el partido como un relámpago: 6-0 en 32 minutos asombrosos que vieron al ruso maniatado, con sólo un punto al resto en su haber y el 73% de los disputados (24 de 33) en el casillero del contrario. Nunca había conseguido Nadal un parcial así sobre cemento contra uno de los diez mejores del mundo. Fue el mejor reflejo de la contundencia de su derecha, de la solidez de ese revés que ya no se pierde en un exceso de cortados y de la agresividad recobrada: en octubre de 2009, cuando los mismos tenistas se enfrentaron en la final de Shanghai, el número dos sólo jugó el 10% de los peloteos por delante de la línea de fondo. Ayer, capacitado para comandar los intercambios por la lacerante profundidad de sus tiros, se situó en esa privilegiada posición en el 25% de los puntos. El ruso sobrevivió porque decidió enfrentarse al fuego con un incendio. La red fue su objetivo. La agresividad extrema, su medio. Excelente desde el inicio de la segunda manga, Davydenko ganó un doble pulso a Nadal: en la pista y el cerebro se impuso el ruso, capaz de superar que le rompieran el saque cuando servía por la segunda manga (0-6 y 5-4) o que se le adelantaran en la tercera.
"Necesito un poco más de confianza y calma en los momentos importantes", reflexionó Nadal a finales de 2009. El español vive una carrera de obstáculos desde que dejó de competir en verano, víctima de una tendinitis de inserción en ambas rodillas. Siempre se distinguió por su mentalidad de hierro. La primera quincena del curso ha mostrado que tiene argumentos para seguir en lo más alto. Melbourne, sin embargo, mide desde el día 18 su confianza, cómo reacciona a la tensión extrema, y cuánto pesa hoy su arma más poderosa, la mente: llega el primer grande y cada partido se decidirá en un puñado de puntos, al filo de la navaja.
España gana la Hopman
España ganó al Reino Unido la final de la Copa Hopman, el torneo mixto que marca el inicio de la temporada. María José Martínez perdió 6-1 y 7-6 (6) con Laura Robson, de 16 años, y Tommy Robredo remontó contra Andy Murray (1-6, 6-4 y 6-3). En el dobles decisivo, los españoles se impusieron por 7-6 (6) y 7-5. Por otra parte, la belga Kim Clijsters ganó por 6-3, 4-6, 7-6 (6) la final de Brisbane, su segundo título en cinco torneos desde su reaparición, a Justine Henin, que jugó su primera final en el primer torneo disputado tras su vuelta a la competición.
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