Tocamientos
Dejé la confección de mi carta a los Reyes Magos para el último momento y olvidé lo que deseaba pedirles, aparte de lo obvio, que es salud y trabajo, lo mismo que le solicito constantemente a san Pancracio. Pero los Reyes de Oriente merecen una petición lúdica. Recuerdos de bufandas, zapatillas, calcetines y camisetas de posguerra...
Tal amplia panoplia de artefactos de uso común y necesario en la vida cotidiana, que solían solicitar para mí durante mi niñez, me han dejado tal impronta en el subconsciente que ahora, cuando veo un camello, de inmediato pienso en caviar, minas de diamantes y Chanel sin compasión. Lujos.
Semejante despilfarro por parte de los Magos me parecía ofensivo para este año de crisis y de tantas familias pasando estrecheces, por lo que, al final, casi cumplido el deadline para la entrega del artículo, perdón, de la carta pidiendo un artículo, me decidí por algo que une a la vez lo lúdico y lo práctico y que, en definitiva, redundaré en bien de la Humanidad del Mundo Libre, o sea, de por aquí.
Un escáner para aeropuertos dotado de brazos. "Queridos Reyes Magos, y sobre todo Baltasar: me he portado razonablemente bien este año y por lo tanto os ruego depositéis en mi balcón un escáner avanzado modelo Tocamientos, fabricado, bajo el eslogan 'aunque me miréis no lo lamento', por alguien que sea al menos tan listo como el de las vacunas de la gripe ésa. Me gustaría que estuviera dotado de brazos para cachear, realizados en material mórbido, firme aunque suave, y las puntas de los dedos, tibiecitas. Como complemento y para que la Autoridad competente no desfallezca al verme en bragas, os agradeceré que adjuntéis un anticelulítico de acción rápida y un tensor de torsos marca Más Grave Será la Caída".
Lo estoy esperando.
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