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Crítica:MÚSICA | Discos
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fuerza de un hombre tierno

Jabier Muguruza edita su décimo disco, Taxirik ez, otro pequeño prodigio de delicadeza y sensibilidad

El problema es que la vida es un problema / uno se echa a llorar nada más llega". Con estas palabras del poeta vasco-gallego José Luis Padrón comienza el último disco de uno de los músicos vascos más universales. "Problemas hay. La economía y el morro que le echan, la religión, el miedo..., pero me gusta el enfoque de Padrón porque trata el asunto con una sonrisa. No es victimista".

El mayor de los Muguruza -hermano de los también músicos Fermín e Íñigo- trabaja una vez más con poetas: Harkaitz Cano, Gerardo Markuleta, Iñaki Irazu, Bernardo Atxaga, Iban Zaldua

... "Esta vez les dije que quería hacer más canciones y no poemas musicados. Quería letras con estribillos y que no tuvieran, al menos aparentemente, tanto peso como un poema", explica.

Su nuevo disco se titula Taxiri ez (ni un taxi): "Me podría extender mucho comentando que no estoy dispuesto a tomar taxis que lleven a según qué sitios, pero no sería muy sincero. Lo elegí porque me sonaba bien", confiesa. "No a los taxis' leí el otro día en una traducción demencial, ¡a ver si con la crisis que hay me voy a buscar un problema!", dice riendo.

Jabier Muguruza (Irún, 1960) publicó a mediados de los noventa el primero de sus seis libros para niños y fundó con Atxaga, Ruper Ordorika y Joxe Mari Iturralde, entre otros, el club literario Emak Bakia: "Sacábamos una especie de fanzine que llamábamos Garziarena. Todos firmábamos con ese nombre. Eso nos permitía en un ambiente un poquito asfixiante hablar con mucha libertad". Mantiene su columna dominical radiofónica -Me ha dicho un amigo- y firma para un grupo de diarios una serie de entrevistas -Encuentros con alma- con amigos como Pablo Guerrero, Martirio o Jaume Sisa.

"Nunca sé con certeza cuándo acercarme, cuándo alejarme, cuándo quedarme a saber algo más del ex desconocido", dice la canción Ignorancias. "Mucha gente me dice sentirse reflejada en la letra. Eso quiere decir que algo falla, que estamos muy perdidos. Y está el miedo. A los malentendidos, a lo que interpretarán los demás. Y el miedo tiene un efecto paralizador".

"Sigo escarbando en el territorio de los afectos. Estamos hablando de lo que nos importa", asegura. "Tenemos que acertar en vivir de una forma adecuada. Lo hacemos muy complicado y hay tantas presiones". Antes le apetecía más hablar sobre política. Ahora prefiere remitir a la letra de Iban Zaldua en El más callado de la cuadrilla: "Hubo un tiempo en que discutíamos de política / pero hace tiempo que perdimos esa costumbre".

"Me decía hace poco Kiko Veneno en Ayamonte que la música está devaluada. En estos momentos todo lo que queda fuera de lo estándar se está quedando prácticamente sin oxígeno. Los del oficio, que apostamos por cierta forma de trabajar y la larga distancia, estamos pasando un bache, pero confío en que vamos a ganar de alguna forma", afirma.

Nueve canciones en euskera y una en catalán para cerrar el disco: un poema de Maria-Mercè Marçal, en el décimo aniversario de su muerte. "Le dice a su hija: eres tan pequeña y ya sabes qué muros no vas a poder saltar. Quise darle un punto de ternura diciéndole 'me gustaría ayudarte a saltar esos muros".

Taxirik ez está editado por Resistencia.

Jabier Muguruza aúna nueve canciones en euskera y una en catalán en <i>Taxirik ez.</i>
Jabier Muguruza aúna nueve canciones en euskera y una en catalán en Taxirik ez.

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