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Ladrones inexpertos se apuntan a los robos en pisos y naves industriales

Bandas organizadas asaltan casas de narcotraficantes para robar droga

Jesús García Bueno

Sus técnicas dejan mucho que desear. Se diría, incluso, que sólo son aprendices de caco. Pero en sus visitas causan estragos. Las bandas del Este ya no están solas en el negocio del asalto a pisos y naves industriales. A esa modalidad delictiva se han sumado, en los últimos meses, decenas de ladrones aficionados que buscan beneficios rápidos. Aunque es difícil medir el fenómeno, investigadores de los Mossos d'Esquadra constatan que el perfil del asaltante está mutando y que "hay más ladrones de fin de semana".

En 2006, las urbanizaciones de media Cataluña sufrieron una oleada de robos silenciosos. Bandas armadas formadas por albanokosovares (algunos, antiguos militares) desvalijaron medio millar de casas mientras sus moradores dormían. Si hallaban a alguien despierto que les incomodara, estos grupos fuertemente armados usaban la violencia "de forma excesiva y gratuita".

Los grupos del Este ya no monopolizan este delito, que crece ligeramente

Esas bandas siguen operando (cometen el 35% de robos) pero, tras la alarma de aquel año, su actividad cayó sensiblemente. Los profesionales del asalto han tenido que repartirse el pastel con pequeños grupos de españoles y latinoamericanos que, de un día para otro, se han hecho ladrones de viviendas y empresas. Algunos se han bregado en otros delitos en Madrid y usan a colaboradores -gente cercana a la familia, empleados- antes de dar el palo. Pero otros carecen por completo de antecedentes y de experiencia.

Los cacos aficionados no estudian demasiado sus objetivos: penetran donde pueden y toman lo que cae en sus manos. Buscan dinero porque "cada vez es más difícil colocar objetos de valor" en un mercado negro saturado de móviles, portátiles y GPS. El ansia por hallar billetes preocupa a los investigadores ya que, en su desesperación, los nuevos ladrones pueden cometer algún desmán. "Ha habido un ligero aumento de los robos violentos", admiten.

El incremento es similar, sin embargo, al de otros delitos. Según el informe de seguridad del Departamento de Interior, los delitos contra el patrimonio aumentaron en 1,57 puntos (tasa por 1.000 habitantes) en 2008. La fiscalía tramitó ese mismo año 960 diligencias por "robos con fuerza en casa habilitada o local abierto al público", el 5% más. El 30% de los asaltos violentos a viviendas se producen en la ciudad de Barcelona, según fuentes policiales.

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Que los nuevos grupos sean más chapuceros no significa que combatirlos resulte fácil. Al contrario: son correosos. Además, su forma de proceder -en ocasiones arrasan con un espacio para llevarse unos pocos euros- es muy lesiva. Ocurre en los polígonos industriales, donde los delincuentes made in Spain obtienen dinero y maquinaria. "Las bandas del Este accedían a las empresas por el techo, se descolgaban con una cuerda y buscaban la caja fuerte. Los locales han copiado el modus operandi, pero menos sofisticado", describe un mando policial. "Van a probar, a ver qué sacan", insiste. No hay una causa que explique la irrupción de los amateurs, aunque las mismas fuentes sugieren que robar en un piso "no es difícil" y apuntan a la posible incidencia de la crisis económica.

No es la única tendencia delictiva detectada por los investigadores. En los robos en viviendas, los narcotraficantes están siendo víctimas preferentes. Las bandas -éstas sí, especializadas- buscan su cocaína. Uno de cada cinco robos violentos en viviendas son de esa clase. Otros individuos se dedican a trepar por los balcones y terrazas para sustraer plantas de marihuana de los vecinos. "El problema es que el afectado no suele denunciar", bromea un responsable policial.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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