El Málaga respira
El conjunto de Muñiz logra ante un Mallorca desconocido su segunda victoria
Todo un mundo después, cuando quedaba lejos la victoria en la primera jornada sobre el Atlético, el Málaga se reencontró ante el Mallorca con una victoria que no le saca de los puestos de descenso, pero que sabe a gloria a los de Muñiz tras una larga travesía sin lograr los tres puntos.
El Málaga sigue padeciendo un mal preocupante, una especie de miedo al área. Cuando llega a esa zona, se le viene encima una mezcla de prisa e imprecisión que se convierte en una dosis letal de inoperancia, de falta de pegada pese a contar con hombres de acreditada calidad. Ayer eran Duda y Fernando en los extremos y Obinna en la punta. Por suerte, el extremo portugués empieza a parecer lo que fue en la temporada pasada, comienza a mostrar su zurda y a crear peligro en cada jugada a balón parado.
MÁLAGA 2 - MALLORCA 1
Málaga: Munúa; Gaspar, Iván González, Jesús Gámez, Manu Torres (Luque, m. 62); Fernando (Pedrito, m. 76), Juanito, Apoño, Duda; Baha (Forestieri, m. 67) y Obinna. No utilizados: Santamaría; Helder Rosario, Xavi Torres, Benachour y Weligton.
Mallorca: Aouate; Josemi, Nunes, Ramis (Rubén, m. 75), Ayoze; Castro, Suárez (Webó, m. 81), Martí, Julio Álvarez; Aduriz y Keita (Víctor, m. 72). No utilizados: Lux; Mattioni, Pezzolano, Bruno, Tuni y China.
Goles: 1-0. M. 24. Fernando. 1-1. M. 56. Julio Álvarez. 2-1. M. 77. Forestieri.
Árbitro: Ayza Gómez. Amonestó a Aduriz, Jesús Gámez, Ayoze, Nunes, Josemi y Obinna.
20.500 espectadores en el estadio de La Rosaleda.
Frente al equipo de Manzano, el Málaga dio la vuelta a lo que era un orden establecido esta temporada en La Rosaleda, donde siempre tenía que remontar un marcador en contra. Ocurrió lo contrario: Fernando aprovechó un mal despeje de Aouate para adelantar a su equipo y tener unas perspectivas positivas.
El Mallorca conocía las facilidades de La Rosaleda y trató de ir a por el partido desde el inicio. Presionó arriba, acumuló efectivos cerca de Munúa y encontró ocasiones, algunas de ellas clarísimas.
Todo ello dispuso un partido dinámico, en el que las idas y venidas se decantaron a favor del Málaga. El Mallorca despertó en la segunda mitad y dio una vuelta de tuerca. Confirmó el dominio del balón y Castro y Julio Álvarez comenzaron a agujerear el medio campo del Málaga. Así empezó el calvario del conjunto de Muñiz hasta que Julio Álvarez consiguió el empate. La suerte tampoco había sido una aliada del Málaga en su pobre devenir liguero. Pero ayer no fue así. Un centro al área cerca del final fue rematado por Forestieri y un mal bote de balón despistó a Aouate para que el triunfo se quedara en casa.
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