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La "psicosis" se instala en el olivar

Ginés Donaire

El temporal de agua y nieve de los últimos días tiene paralizada la campaña de recogida de aceituna en los tajos de toda la provincia jiennense. En medio de este mar de 65 millones de olivos, miles de inmigrantes vagan, ateridos, de un pueblo a otro sin comida y sin un techo donde cobijarse. Pero esa no parece ser la preocupación capital de los empresarios oleícolas, que esquivan año tras año en el convenio colectivo del campo la obligatoriedad de dar alojamiento a los temporeros que llegan a coger sus cosechas y, por tanto, a generar riqueza. En cambio, a la patronal agraria Asaja le inquieta sobremanera la "psicosis" que, según dicen, se ha instalado en el olivar por el "excesivo celo" de los agentes de la Guardia Civil y los funcionarios de la Inspección de Trabajo en los controles a pie de tajo, que se han redoblado esta campaña con el fin de luchar contra la contratación irregular y la correcta aplicación de la prevención de riesgos laborales en el campo.

El gerente de Asaja en Jaén, Luis Carlos Valero, habla incluso de "persecución" del Gobierno hacia los olivareros. "Vienen guardias civiles con caballos e incluso con helicópteros, nos tratan como terroristas", exclamó Valero, para reclamar después mayor flexibilidad hacia las explotaciones familiares, que son el 80% en la provincia.

Según Asaja, en estas fincas son los propios familiares de los propietarios los que cogen tradicionalmente su aceituna, sin necesidad de tener que dar de alta a todos sus miembros, en especial a jubilados, estudiantes o empleados de otros sectores laborales. A todo esto, desde la Subdelegación del Gobierno en Jaén se informa de que en lo que va de campaña no se ha abierto ningún acta por infracción laboral contra ningún empresario. ¿Es justificada esa psicosis?

Las palabras del gerente de Asaja, pronunciadas en una conferencia de prensa para hacer balance del año agrario, han provocado una enorme polémica.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Andalucía reclamó ayer mismo una rectificación de la patronal agraria así como unas disculpas al colectivo de guardias civiles. "Estas palabras lo único que están provocando es la desmotivación en las labores de vigilancia del campo", indicaron.

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