La mejor compañía para Villa
'Chori' Domínguez, atacante argentino de 28 años, pasa hoy revisión médica con el Valencia
"Buen lanzador de faltas, es rápido, tiene pase de gol y no está exento de carácter". A Fernando Gómez, el director deportivo del Valencia, se le cae la baba cuando habla de Alejandro Chori Domínguez, el atacante argentino del Rubin Kazán, ruso, que llega hoy a Valencia para pasar la revisión médica y firmar por el club de Mestalla. Domínguez actúa de segunda punta o de interior y está en la onda del juego combinativo de Silva, Mata, Joaquín, Pablo y Villa, en contraste con los otros dos delanteros de la plantilla, los grandotes Zigic y Miku, que tienen abierta la puerta de salida. El entrenador, Unai Emery, no cuenta con ellos. "Alguien tiene que salir, sí", reconoció ayer el presidente, Manuel Llorente. "Este nuevo jugador va a permitir a Emery rotar mucho más a los delanteros", concluye Fernando.
"Es buen lanzador de faltas, rápido y tiene pase de gol", opina Fernando
El club de Mestalla quiere evitar que se le aplique la supresión de la Ley Beckham
El Chori Domínguez (Lanús, 1981) pertenece la generación de Saviola, D'Alessandro y Colotto. Fueron campeones del mundo juveniles en 2001. Argentina ganó la final a Ghana en el estadio José Amaltafini, de Buenos Aires, con goles de Colotto, Saviola y Rodríguez. Fue entonces cuando llamó la atención del River Plate, que le fichó procedente del modesto Quilmes.
En tres años, nueve goles en 29 partidos no eran una gran carta de presentación, pero sí la suficiente para dar el salto a Europa, aunque fuera por la fuerza de los petrodólares de Kazán. Ahí sí sobresalió desde el primer momento (21 tantos en 63 encuentros), al punto de que el principal rival del Rubin, el Zénit de San Petersburgo, pagó siete millones por su contratación, un récord en la Liga rusa, superado más tarde por el traspaso del portugués Danny (del Dinamo de Moscú al propio Zénit por 30 millones). Domínguez brilló en la semifinal de la Copa de la UEFA de 2007-08 en la que el Zénit barrió al Bayern de Múnich (4-0) antes de alcanzar por primera vez en la historia del club una final europea. Dio dos pases de gol. Pero su enfrentamiento con el entrenador, el holandés Dick Advocaat, le convenció para volver a Kazán, desde donde daría el salto definitivo.
En el escaparate de la presente Champions, El Chori firmó un gol contra el Inter y otro frente al Dinamo de Kiev, además de brindar el pase de gol a Karadeniz en la campanada del Rubin en el Camp Nou ante el Barça. Pero, como el conjunto ruso no pasó el corte de la primera fase y Domínguez terminaba en diciembre su contrato, las novias hicieron cola para cortejarlo.
Ganó el Valencia. En parte, porque el jugador afirmó que quería jugar junto a Silva y Villa. También, porque el club valenciano, al no tener que pagar traspaso, compensará al delantero primero con una comisión y después con un suculento sueldo en el que todavía no se aplicará la supresión de la Ley Beckham prevista por el Gobierno. Domínguez, por tanto, podrá disfrutar de las ventajas fiscales. Y Villa, de un nuevo socio para saciar su infinita hambre de gol.
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