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Dos listas de candidatos 'ocultos' se disputarán la sucesión de Baltar

Los dos sectores prefieren mantener ocultas sus cartas y jugar al despiste

El PP orensano se prepara para celebrar un congreso histórico. Por primera vez en dos décadas los militantes tienen ante sí un escenario inaudito: el baltarismo con Baltar, el baltarismo con otro Baltar o el fin del baltarismo. Pero el despliegue de posibilidades, anunciadas a bombo y platillo por ambos bandos, no tiene candidatos realmente postulados por ninguno. La estrategia es el despiste. Y la identidad de los aspirantes, un secreto. El puro disimulo: nadie dice nada.

El parlamentario José Manuel Baltar Blanco anunció hace ya casi dos meses que quiere suceder a su padre. Pero en vez de postularse hizo un amago. Calificó su decisión de presentar candidatura a la presidencia provincial del PP de "firme, contundente, inapelable, irrevocable, absolutamente meditada y razonada" y acto seguido se enmendó: renunciará si se presenta su padre.

Baltar Blanco quiere suceder a su padre y sólo se presentará si éste no lo hace

En los 54 días transcurridos desde entonces, el presidente provincial se aferra a su secreto. El sábado pasado su hijo repitió la escena y reiteró la incógnita: no habla con su padre de política, asegura, pese a ser el coordinador provincial del partido. Sus adversarios entienden el mensaje: Baltar padre sólo presentará su candidatura en el caso de que la crítica pudiera impedir el triunfo de su hijo. Y también callan.

Para romper el secreto de los Baltar y despejar la incógnita, el delegado provincial de la Xunta, Rogelio Martínez, que lidera al sector contrario, anunció la presentación de una candidatura alternativa cuando fracasó su propuesta de una lista integradora sin ningún Baltar al frente. Tampoco dio nombres. Ni siquiera estaría necesariamente encabezada por él.

El delegado provincial ha decidido emular la estrategia del despiste de los baltaristas. "No diremos quién es el candidato hasta el último minuto del último día", sostiene Martínez. "Así, a lo mejor por primera vez tenemos tres candidaturas para elegir en el congreso", apunta convencido de que de esta forma forzará al presidente provincial a destapar su juego. Creen que si ellos enseñaran ahora el suyo, Baltar, padre e hijo, decidirían la estrategia que les daría la victoria.

Baltar Blanco insiste en su órdago y reta a sus compañeros de partido a que se postulen de una vez con el pretexto de debatir con ellos. Pero no encuentra con quién: sus críticos no se dan por enterados.

Lo que está en juego no es la perpetuidad de José Luis Baltar al frente del PP orensano, sino mucho más: el futuro político de su hijo. Los antibaltaristas no presentarían alternativa si el padre fuera el candidato y no hubiera línea sucesoria abierta. El veterano barón del PP desea retirarse, pero no lo hará hasta dejar bien situado a su vástago.

Sus críticos lo comprenden: "¿Pero cómo no va a querer Baltar dejar colocado a su hijo si se ha pasado la vida colocando a los de los demás?".

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