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La cuenta atrás de los vertidos

La empresa Fertiberia, ubicada en el Polo Químico de la ciudad de Huelva, se prepara para una reducción drástica en la elaboración de abonos, el número de trabajadores de su plantilla y las instalaciones productoras. Así lo explicó ayer Roberto Ibáñez, director de Fertiberia en Huelva.

El ácido sulfúrico usado tradicionalmente para atacar la roca fosfórica y obtener ácido fosfórico -con la consiguiente generación colateral de fosfoyesos- se eliminará del todo antes de 2012. La factoría seguirá fabricando otros abonos (del tipo DAP, MAP y NPK) a partir de un ácido fosfórico comprado en el mercado internacional, que no genera vertidos de fosfoyesos y se ajusta a la normativa medioambiental.

El pasado mes de abril ya se redujo en un 50% la producción de ese ácido por un dictamen de la Audiencia Nacional. "Se cerraron dos plantas y vamos a clausurar las dos restantes", afirmó Ibáñez. La plantilla, obviamente, se verá afectada. De los 350 trabajadores actuales, 65 de ellos -todos mayores de 60 años- saldrán en los próximos meses. "El ERE ya está firmado y aceptado", aseguró el director.

Después irán abandonando las instalaciones otros 120 operarios, con más de 58 años, hasta 2012. "Los más jóvenes compondrán la plantilla final, que será de unos 150", detalló. Los planes de Fertiberia están supeditados, eso sí, a la decisión de la Audiencia Nacional, que debe pronunciarse sobre este proyecto propuesto por el Ministerio de Medio Ambiente. "Quizás tengamos que cerrar las puertas mucho antes", puntualizó ayer Manuel Rivero, presidente del comité de empresa. Rivero entiende el ERE como una consecuencia inevitable de la situación, pero reconoce como un logro las negociaciones sindicales: "Exigimos en su momento a la administración que se mantuviera una fábrica, aunque fuera pequeña, que permitiera el empleo de los más jóvenes".

Para este reajuste global, Fertiberia se ha comprometido a invertir 10 millones de euros. Así pues, los fosfoyesos desaparecerán finalmente a partir de 2012. O más bien, desaparecerán de la superficie ya que, como informó Ibáñez, "quedarán cubiertos por varias capas de tierra tras un proceso de revegetación, como se ha hecho en otros países".

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