_
_
_
_
INÉDITOS CON FIRMA | Luces

Galegos

Fóra non ía o que se di un bo día, pero a señora Liu Xao saudou como se o fose. Dentro daquela pequena oficina ofrecéronse a axudala.

- Venía polque quielo filmal lo de la lengua. Tenemos dos hijas en la escuela y estamos de acueldo con lo que dicen ustedes. Quelía filmal pol mí y pol mi malido.

Gutiérrez sorriu con reconforto. Tendeulle un impreso e díxolle que na súa asociación estaban moi preocupados por xentes coma ela: "Ya les es bastante difícil aprender el castellano como para que además les impongan el gallego", completoulle.

A señora Xao, que viñera camiñando dende máis alá da estación de autobuses, quería facer valer o desprazamento con explicacións:

- Mis hijas hablan muy bien gallego. Nosotlos no sabemos, pero muchos clientes hablan gallego, y ellas ayudan mucho. Nosotlos hacemos culsos de castellano, pero gallego hay pocos y difícil. No mucho tiempo.

A señora Xao non o entendía: pensaba que alí potenciaban a lingua materna
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Gutiérrez buliu para que asinase. A muller preguntoulle se con ese documento quedaban solicitadas as clases, e el indicoulle o procedemento: a eles ficáballes a copia como constancia, e ela tiña que levarlle o orixinal ao director da escola das fillas para que lles desen as clases só en castelán. A señora Xao quedou dubitativa:

- No sé si expliqué bien. Mis hijas ya hablan castellano bien. Lo que quielo es clases de chino pala ellas...

- Chino?

- Chino, lo que hablamos en casa. Ellas hablan pelo no saben esclibil. Y nosotlos sabemos poco de esclibil, no suficiente pa aplendelas. Pol eso queliamos que tuvielan clases de chino en escuela.

- Ya, pero nosotros del chino no nos ocupamos... -contestoulle Gutiérrez, todo o amable que podía.

A señora Xao non o entendía: pensaba que alí potenciaban a lingua materna. Gutiérrez explicoulle que así era, pero que non para xente doutros países. Aí tocou unha freba sensible de Liu Xao, a quen lle custara moito obter un pasaporte que as súas fillas xa non necesitaran.

- Solo quielo que aplendan su lengua que hablamos en casa. A esclibil. Polque las factulas y los pedidos vienen de China, y hay que esclibil correos. Lo necesitan -sinaloulle, eu case diría que enfadada. Gutiérrez lembroulle que alí só se ocupaban do castelán, pero encomendou a señora Xao a que preguntase no consulado, talvez.

- Ah, pelo entonces, la libeltad de la lengua...

- Ya le dije que eso es sólo para castellano, lo siento. El chino no es oficial -pechou tallante.

Liu Xao deulle as grazas, despediuse e voltou á ruidosa avenida. Nesas saíu Galiñanes da parte de atrás da oficina e preguntoulle a Gutiérrez quen viñera.

- Una china, que quería clases de chino por la patilla, jaja - riu Gutiérrez.

-¿En serio?

- Como te lo cuento. Explotan a sus hijas en la tienda y aún quieren que les paguemos clases de chino. ¡Chino! ¡Aquí, en Vigo! -e ante a incredulidade de Galiñanes, engadiu- Es lo que pasa con esta gente: confunden libertad con libertinaje...

O último libro de Xabier Cid é Terá as túas balas (Edicións Xerais)

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_