El BCE no consigue despejar las dudas

El ajuste al guión por parte del BCE, con mantenimiento de los tipos de interés y anuncio del final de las subastas de liquidez en las condiciones actuales, lejos de despejar la incertidumbre en los mercados de valores contribuyó a estabilizarla.

Las hipótesis de trabajo de algunos analistas se han convertido en realidades a las que habrá que adaptarse a toda prisa y, como siempre, unas entidades lo harán mejor que otras, lo que contribuirá a agudizar el proceso de selección que hasta ahora se practicaba casi con normalidad.

El Ibex 35 abrió la sesión en positivo y, al parecer, sin obstáculos reseñables a la vista, aunque el nivel de los 12.000 puntos se presentó como tal sin figurar en el programa. El principal índice de la Bolsa española llegó hasta los 11.998,30 puntos, nivel desde el cual rebotó para pasar por una fase de turbulencias a la que la débil apertura de la Bolsa de Nueva York puso fin bajándole los humos. Al final de la sesión el Ibex 35 quedó en 11.905,30 puntos, con un avance del 0,31%, y dejó a los inversores con las mismas dudas que tenían al comienzo de la jornada.

De poco les sirvió a los inversores que el BCE revisase al alza sus perspectivas de crecimiento del PIB para este año y el próximo, al tiempo que recordaba que todavía hay muchas incertidumbres, razón por la cual los tipos de interés seguirán bajos.

Tampoco encontraron los inversores motivos para alegrarse con el retroceso del índice de actividad del sector servicios de Estados Unidos en el pasado mes de noviembre, ni en la revisión a la baja del índice de productividad del tercer trimestre.

Según todos esos datos, y por lo que puede deducirse de las decisiones del BCE, el crecimiento económico de los próximos meses parece ajustarse al modelo que preveía lentitud e irregularidad, de hecho, el crecimiento esperado el próximo año para los países de la eurozona oscilará entre el 0,1% y el 1,5% datos que, en cualquier caso, mejoran las previsiones anteriores.

El desconcierto de los inversores se tradujo en el estancamiento de la contratación en el Mercado Continuo, con 2.564,50 millones de euros para el total de las operaciones y 1.967,03 millones en el "mercado abierto". Como es habitual, casi el 60% de esta última cifra correspondió a las operaciones en torno a los tres principales valores del mercado, Telefónica, Santander y BBVA.