Es la hora de ajustar la factura fiscal
El inversor tiene diferentes opciones para maximizar su próximo IRPF
El año 2009 encara su recta final. Muchos inversores aprovechan los últimos días del año para ajustar su cartera y así poder acudir a la próxima declaración de la renta (en mayo de 2010 se iniciará el plazo para rendir cuentas a Hacienda sobre los ingresos de 2009) en una posición más favorable.
Sin duda, la manera más efectiva de pagar menos impuestos al presentar la próxima declaración de renta es hacer aportaciones a un plan de pensiones, a un sistema de previsión asegurado, a un seguro privado de dependencia... Si se tienen menos de 50 años, el límite máximo de aportación es de 10.000 euros (o el 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y actividades económicas), y si se supera esta edad, de hasta 12.500 euros (o el 50% de las cantidades anteriores). Por cada 1.000 euros de aportación, directamente se pagan entre 240 y hasta 430 euros menos en el IRPF, en función de los ingresos de cada particular. No hay que olvidar que estos importes se restan de la base imponible general. Aún hay más, se pueden ahorrar impuestos en la misma medida realizando aportaciones al plan de previsión del cónyuge, con un máximo de 2.000 euros por año, siempre que el cónyuge a favor de quien se realiza la aportación no tenga rentas de trabajo y de actividades económicas superiores a 8.000 euros.
Hacer aportaciones a un plan de pensiones es una buena opción
Hay que calibrar bien el cambio fiscal previsto para el próximo año
Llevar a cabo amortizaciones extraordinarias de una hipoteca es otra de las fórmulas más rentables de reducir la próxima factura fiscal. La normativa actual permite, por persona, aplicar una reducción en la cuota del IRPF del 15% sobre un máximo de 9.015 euros. Así por cada 601,01 euros de amortización adicional -se reduce el importe del préstamo-, todos los contribuyentes, independientemente del volumen de ingresos que obtengan en 2009, se ahorrarán de impuestos 90,15 euros (un 15%). Los que tengan hipotecas antiguas, es decir, las firmadas antes del 20 de enero de 2006, se pueden beneficiar de una compensación adicional que les permitirá elevar esa deducción hasta un 20% sobre los primeros 4.507,5 euros.
Suscribir en estos días una cuenta vivienda es otra alternativa para reducir impuestos: por las cantidades depositadas, hasta un máximo de 9.015,18 euros, se tendrá derecho a aplicar en la próxima declaración una desgravación fiscal del 15%.
En los Presupuestos del Estado para 2010 se contempla una subida del tipo de gravamen de las rentas del ahorro del 18% al 19% para los primeros 6.000 euros, y el resto, al 21%. Como mínimo, quien obtenga ganancias a partir de 2010 por la compraventa efectiva de fondos de inversión, acciones, inmuebles... pagará un 5,55% más de impuestos. La carga fiscal aumentará a medida que crezca el importe de las ganancias obtenidas, llegando a ser prácticamente un 16,7% superior a la que habría que abonar si se deshicieran las posiciones en 2009. Se trata de una clara invitación a vender: es cierto; se pagarán impuestos en la próxima declaración, pero menos de los que abonarían si se deja pasar el tiempo.
Esta teoría, tiene, sin embargo, su inconveniente. ¿Por qué aflorar ahora un volumen importante de plusvalías si existe la posibilidad de que en el futuro (en años siguientes) se obtengan pérdidas en éstas u otras inversiones que permitan no pagar impuestos sobre las ganancias obtenidas? Lo lógico para obtener el mayor rendimiento fiscal es hacer efectivas este año sólo las ganancias que puedan ser compensadas con pérdidas. En principio, por cada 1.000 euros de ganancias logradas en 2009, Hacienda se quedará con 180 euros. Por cada 1.000 euros de pérdidas que se hagan efectivas y que compensen las anteriores plusvalías, el particular se ahorrará los mismos 180 euros. Si se excede este límite en lo que a ganancias se refiere, se renuncia a esta posibilidad.
Si lo que se obtiene en 2009 son más pérdidas que ganancias, la situación cambia claramente, merced también al cambio fiscal aprobado por el Gobierno. Sólo habrá que, para ampliar al máximo la posibilidad de no pagar impuestos, hacer efectivas las pérdidas que compensen ganancias. Trasladar pérdidas al año 2010 será, en principio, más rentable, dado que compensarán ganancias como mínimo al 19% y hasta el 21%.
Poco se puede hacer con los dividendos, pero a los particulares les queda la alternativa de comprar o vender acciones que a lo largo de este mes vayan a pagar dividendos. Según el IRPF, sobre un total de 1.500 euros -el objetivo sería agotar esta cantidad- no habrá que pagar nada a Hacienda; por el resto habrá que abonar un 18%, al ser considerado, sin reducción alguna, rentas del ahorro. Si esos dividendos se cobraran en 2010, el tipo de tributación ya será del 19%.
De nota, para reducir la próxima factura fiscal hay que presentarse cualquiera de estos días en el departamento de recursos humanos de la empresa y acordar con sus responsables fórmulas de retribución más ventajosas fiscalmente. Si se consigue que la compañía pague un seguro de enfermedad, el particular podrá reducir sus rentas del trabajo en hasta 500 euros; lo mismo que si abona la cuota a un sindicato o a un colegio profesional; si, en lugar de sueldo, se perciben acciones, también se puede ahorrar una buena cantidad de euros; acordar que el próximo incentivo económico se establezca para dos años puede suponer tener sólo que declarar el 60% de su importe; negociar un leasing o el pago de la guardería de los hijos, también tiene premio fiscal... -
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